Reconocido como Monumento Natural Provincial y Nacional, el yaguareté (Panthera onca) es una de las especies más emblemáticas que conforman la biodiversidad misionera.
Debido a su importancia ecosistémica y su valor cultural, el Gobierno provincial trabaja en el desarrollo de diversas estrategias de conservación para proteger a los más de noventa ejemplares que habitan la tierra roja.
Además de ser la primera provincia del mundo en implementar un “Seguro de Protección del Yaguareté” -destinado a disuadir posibles represalias contra ejemplares que, durante sus desplazamientos, puedan depredar ganado o mascotas-, en los últimos años ha cobrado gran relevancia el aporte del campo científico para conocer con mayor profundidad los patrones de comportamiento, movilidad, alimentación y reproducción de la especie.
Mientras avanza un plan de repoblación de yaguaretés a implementarse en la Reserva de Biosfera Yabotí, el pasado martes una hembra identificada como “Pará” fue capturada con fines de monitoreo junto a su cachorro de un año y medio en la zona de las 2.000 Hectáreas, en Puerto Iguazú. El procedimiento, realizado de forma conjunta por el Proyecto Yaguareté, el Projeto Onças do Iguaçu de Brasil, el Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio), la Administración de Parques Nacionales (APN), el Ejército Argentino y el Ministerio de Ecología de la provincia, tuvo como objetivo la colocación de un collar de rastreo satelital a la madre.
Esto permitirá determinar sus movimientos, comprender sus dinámicas espaciales, establecer distancias recorridas e identificar áreas prioritarias para el desplazamiento y conservación de la especie. En esa misma línea, a comienzos de abril pasado, científicos del Instituto de Biología Subtropical y del Proyecto Yaguareté (CeIBA-CONICET), con el apoyo de técnicos del IMiBio y de los ministerios de Ecología y Agro de Misiones, además de veterinarios del refugio de animales Güira Oga, lograron capturar de forma simultánea a dos ejemplares silvestres en una propiedad privada del norte de Misiones.
Esta captura -posible gracias a la colocación previa de cámaras trampa- permitió la identificación de dos nuevos individuos, madre e hija, bautizadas como Elecha y Ararokái, que circulaban desde hacía más de un año en las cercanías de zonas pobladas.
Asimismo, el año pasado se colocó un collar satelital a la yaguareté “Kunumí”, representante de la tercera generación de su familia, ya que la provincia venía monitoreando a su madre y abuela desde hacía más de una década. Nacida en 2018 en el Parque Nacional Foz do Iguaçu, “Kunumí” fue capturada en la Península Andresito. Dicha captura, con fines científicos, fue realizada de manera articulada entre el Proyecto Yaguareté, el IMiBio, Güira Oga, Aves Argentinas y el Ministerio de Ecología, con la colaboración de miembros de la Subcomisión Selva Paranaense para la Conservación del Yaguareté y el apoyo del Projeto Onças do Iguaçu de Brasil.
Esta acción aportó datos relevantes sobre los territorios elegidos por la especie en función de la disponibilidad de recursos.
En este contexto, el Instituto Misionero de Biodiversidad participó en todos estos operativos tomando muestras de sangre y tejidos biológicos con el objetivo de analizarlos y resguardarlos en el Biobanco del instituto.
Además, como autoridad de aplicación, vela por el manejo adecuado y el monitoreo del felino.
La preservación de muestras biológicas a temperaturas ultrabajas (-80 °C) y a temperatura ambiente constituye una estrategia clave para la conservación genética de las poblaciones de esta especie.
Este repositorio -que incluye tejidos, órganos, sangre y sus derivados, fibroblastos, cartílagos y ectoparásitos- ofrece a la comunidad científica un recurso invaluable para impulsar investigaciones en biodiversidad, genómica de la conservación, salud de ecosistemas y enfermedades zoonóticas.
La conservación de material biológico en condiciones óptimas no solo permite salvaguardar la diversidad genética del yaguareté, sino que también será de gran utilidad para la provincia en caso de ser necesario implementar planes de manejo poblacional o reproducción asistida.
Todas las estrategias de conservación implementadas hasta el momento en Misiones son el resultado de un trabajo conjunto entre instituciones nacionales, provinciales y municipales, tanto públicas como privadas, con un objetivo común: proteger al gran felino de Sudamérica, cuya población está catalogada como “casi amenazada”.
En ese mismo marco, el próximo martes 24 se reunirá en Posadas el Comité de Gestión del Plan Nacional de Conservación del Monumento Natural Yaguareté (PNCMNY), con el objetivo de debatir las metas prioritarias del Plan Operativo 2024-2026, así como la gestión de áreas protegidas y corredores, y el fortalecimiento de medidas de control frente a atropellamientos y caza furtiva.
Con distintas estrategias de conservación y una articulación estatal que trabaja en conjunto con el sector privado, Misiones continúa demostrando que la convivencia con el yaguareté no solo es posible, sino también real y efectiva.

Los riesgos y la importancia de la preservación de la especie
Los principales peligros que amenazan al yaguareté incluyen la pérdida y fragmentación de su hábitat.
A medida que los ecosistemas donde habita se reducen y se dividen en áreas más pequeñas y aisladas, los yaguaretés encuentran cada vez más obstáculos para cazar y reproducirse.
Esta situación restringe su acceso a presas y potenciales parejas, al tiempo que incrementa el riesgo y la vulnerabilidad frente a actividades ilegales como la caza clandestina.
Si bien existen programas de conservación que ofrecen esperanzas para su preservación en estado silvestre, es fundamental redoblar los esfuerzos para proteger sus entornos naturales.
La preservación de las áreas que habitan son esenciales para garantizar su supervivencia al igual que la de muchas otras especies.
Los yaguaretés regulan las poblaciones de las especies de las que se alimentan. Por eso, su desaparición desencadena un efecto en cadena que afecta a todo el equilibrio de los ecosistemas en los que viven.





