Una mujer que cumplía prisión domiciliaria fue arrestada este jueves en Guaymallén, Mendoza, tras confesar el brutal asesinato de su inquilino, a quien mató con un hacha y luego descuartizó y quemó en una parrilla. La víctima fue identificada como César Rodas, de 41 años.
La principal acusada es Adriana Suárez, de 40 años, quien fue detenida junto a dos hombres con antecedentes penales: Marcelo Altamirano y Damián Contreras. Según declaró la mujer, Rodas habría intentado abusar de sus hijas menores, lo que motivó su reacción violenta.
El hecho ocurrió en una vivienda del barrio Las Cañas, donde Suárez cumplía prisión domiciliaria por delitos previos. Al momento de la llegada de la Policía, confesó el crimen sin ofrecer resistencia.
La denuncia que destapó el horror
El caso salió a la luz luego de que un ex cuñado de Suárez recibiera mensajes de WhatsApp con imágenes del cuerpo mutilado y parcialmente incinerado de Rodas. Alarmado por el contenido, se dirigió a las autoridades, quienes de inmediato activaron el operativo.
Al arribar al domicilio, los efectivos encontraron restos calcinados y herramientas con rastros de sangre. La escena del crimen fue preservada mientras personal de Criminalística y el Ministerio Público Fiscal comenzaron las tareas periciales.
Las hijas, presuntas testigos del asesinato
Una situación aún más grave quedó expuesta cuando se supo que las hijas de Suárez —de 6, 9, 11, 13 y 15 años— habrían presenciado el homicidio. Todas fueron trasladadas por el Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) a la Oficina Fiscal para recibir contención y asistencia psicológica.
El Ministerio Público confirmó que el cuerpo de Rodas fue quemado parcialmente en una parrilla del patio trasero de la vivienda. Se espera que los tres detenidos sean imputados por homicidio simple, un delito que contempla penas de hasta 25 años de prisión.
Un historial delictivo marcado por la violencia
Adriana Suárez no es ajena al sistema penal. Su prontuario se remonta a 2012, cuando fue detenida por robo agravado. A partir de entonces acumuló múltiples causas por amenazas y robos, incluso mientras estaba en libertad condicional.
En 2019, volvió a ser condenada tras un intento de robo en una vivienda junto a su entonces pareja, Pablo Bravo. La pandemia de Covid-19, sumada a su condición de madre de cinco menores, le permitió continuar cumpliendo la pena en su casa, el mismo lugar donde ocurrió el crimen.
El fiscal del caso, junto con el equipo de homicidios, trabaja para reconstruir con precisión los hechos, determinar el grado de participación de los cómplices y esclarecer si hubo premeditación.
Mientras tanto, los investigadores avanzan con peritajes sobre los dispositivos electrónicos y los elementos hallados en el lugar.
Fuente: Noticias Argentinas