Vecinos del antiguo barrio Municipal, prácticamente uno de los primeros asentamientos en Aristóbulo del Valle, viven en alerta permanente por la planta de tratamiento cloacal abandonada desde hace al menos dos años, según contaron a PRIMERA EDICIÓN, presente en el lugar para relevar, con fotos y testimonios, la problemática.
Financiada con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo, la planta formaba parte del paquete de obras del Programa de Desarrollo del Norte Grande, prometía sanear vertientes y mejorar la calidad ambiental. Sin embargo, no solo quedó abandonada, sino que ahora representa un peligro mayor: el vertido de líquidos cloacales al Cuña Pirú (el predio se encuentra en la margen del Parque Provincial), donde el mal olor es constante y la proliferación de animales peligrosos cerca de las casas, también.
“La obra está abandonada ya hace dos años. Supuestamente había financiamiento para terminarla, pero de un día para el otro se dejó todo así. Se esperaba una solución al problema ambiental que significa tener la conexión cloacal, pero hoy está todo paralizado”, relató con angustia César Ortiz, vecino del barrio.
Según los testimonios recogidos por este Diario, la planta dejó de funcionar sin previo aviso ni comunicación por parte de las autoridades encargadas del mantenimiento.

“Se arrancó con la obra, se hizo el obrador, se trajeron caños nuevos, se armó la red en el centro y los barrios. Pero cuando era tiempo de conectar todo a la planta, los operarios que trabajaban en el lugar un día nos dijeron que ya no había más fondos y se fueron. Nunca más volvieron”, recordó Ortiz.
Lo más alarmante es que, pese al abandono, las cloacas siguen funcionando parcialmente, pero sin tratamiento.
“Revientan por los caminos, por los pozos que hay, porque no pueden escurrir. Y eso se va crudamente a una vertiente de la reserva y hacia otros cursos de agua. Están matando peces, contaminando el monte. Esto va directo a los arroyos, no tiene más máquina procesadora como antes. No se hizo nada”, dijo enfático el vecino.
Myrian Fleitas, otra vecina afectada, vive a pocos metros de la planta y describió un escenario preocupante a la vista: malezas sin mantenimiento, basura, olores nauseabundos y alimañas rondando.

“Está todo abandonado. A veces viene un señor a machetear, pero apenas pasa por arriba, no limpia alrededor del tejido ni nada”, contó mientras indicaba la importante altura de las malezas, que prácticamente se ha “tragado” la obra.
El temor de Fleitas es compartido por muchas familias de la zona, especialmente quienes tienen niños.
“Hay víboras grandes, si muerden a un chico no sé si aguanta hasta llegar al hospital”, advirtió.

Veredas sin concluir y calles rotas, los reclamos en el barrio Municipal
Basta con recorrer las primeras cuadras del barrio municipal en Aristóbulo del Valle para notar el abandono institucional que padecen sus vecinos. El empedrado es una “carrera de obstáculos”: si no hay baches, las piedras están tan salidas que las personas mayores o las mujeres embarazadas del barrio viven en constante riesgo de tropezarse y lastimarse.
Los cordones cuneta están sin concluir: antes de la campaña las obras se comenzaron en una margen de la calle, pero la otra se dejó sin terminar y la gente del lugar teme que quede todo así.









