Aunque la derogación de la Ley de Alquileres y la promesa de un mercado más libre parecían anunciar mejoras para todos los actores del sector, la realidad actual muestra un panorama muy distinto. En Misiones, los inquilinos enfrentan aumentos desmedidos, renovaciones con cláusulas abusivas y una total desprotección frente al poder de propietarios e inmobiliarias. Así lo denunció Adrián Torres, presidente de la Asociación de Inquilinos de Misiones, quien advirtió que en un escenario sin regulación estatal, el mercado se ha vuelto “salvaje, especulador y mentiroso”.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, describió una situación crítica en la que muchas familias deben resignar espacio, calidad de vida o incluso compartir vivienda con desconocidos para poder afrontar los costos.
“Los alquileres están duplicando o triplicando la media de la inflación. Es una inflación mentirosa, esos números no existen, no es real. Cuando uno va al mercado se da cuenta de que esos números no son”, apuntó y alertó que “no es simplemente el aumento de alquiler sino también un aumento en el nuevo contrato, que es un aumento encubierto”.
Con la liberación del mercado, las subas de alquileres quedan a criterio del acuerdo entre las partes, inquilinos y propietarios, y muchos de ellos lo hacen de acuerdo al IPC. Sería lo lógico. Sin embargo, Torres expuso que lo que “se debería cumplir, no se cumple”. Dijo que hoy, “el propietario no está obligado a alquilarte, derogada la ley, al no tener nada de donde agarrarse, puede alquilar a un nuevo inquilino y aumentar al precio que quiere, es una cuestión de si te gusta, te quedás o sino te vas. No tenés opciones, eso es una mentira”, apuntó con dureza.
En esa línea, ejemplificó que “en la renovación te dicen ‘ahora van a ser 400 mil pesos y te ajusto cada seis meses’, pero si vos decís que no, no tenés dónde y cómo defenderte, la realidad es esa”.
Torres expuso además que en el mercado definitivamente hay más oferta que demanda, pero no es porque bajaron los precios o hubo más inversiones: “Si expulsamos al inquilino de la vivienda digna por supuesto que hay más ofertas, pero ofertas a las que nadie puede acceder”, advirtió.
En este marco, llevó la situación a una realidad que ocurre en Misiones: “Sucede que los estudiantes que vivían acá y los padres los podían bancar, se tuvieron que volver a la casa de sus progenitores en el interior, porque no podían sostener los costos” contó. También, “hay familias que tenían un dos ambientes y fueron a alquilar un monoambiente porque no les da, con todo lo que implica el desorden social de compartir un ambiente de mayores con menores. O se alejaron de la ciudad, se fueron a Garupá o a las periferias por una cuestión de precios”, alertó.
“Al no tener regulación e inversión del Estado, aparecen los abusos. El momento ideal para que aparezcan los abusos es cuando el Estado, que tiene que ser el garante de que las partes estén equilibradas de un lado y otro, desaparece y deja el mercado librado al azar. Un mercado leonino, salvaje, especulador, mentiroso, lobbista, como lo hemos conocido siempre”, apuntó Torres.
Propietarios e inmobiliarias
Los “abusivos” son los propietarios y las inmobiliarias por igual, según Torres: “Los propietarios inherentes quieren ganar más y las inmobiliarias son formadoras de precios. Hay grupos anónimos que no sabés quiénes son que siguen construyendo torres, propiedades, que supuestamente es un negocio que no da -porque siempre se quejan del inquilino- pero siguen construyendo por todos lados, evidentemente dinero da, no van a invertir en algo que no dé dinero”, cuestionó.
En Posadas, los costos de alquilar en la zona céntrica en relación al promedio salarial del posadeño, “es carísimo” y es “totalmente especulativo”, comparando con otros lugares del país, salvo Capital Federal. Torres reiteró que “el problema son los grandes grupos del mercado inmobiliario, ellos son los formadores de precios. Utilizan mediáticamente a la abuelita para figurar que el inquilino es un salvaje, un desconsiderado, porque es jodido según el lobby. Ellos son los buenos, utilizan a la abuelita para escudarse, pero son formadores de precios y especuladores”, apuntó.
“Que expliquen ¿por qué tienen locales hace más de un año vacíos acá en el centro de Posadas?, ¿quién puede tener tanta espalda económica para que no produzca nada? Son locales ociosos, no sirven para nada y seguramente pagan dos mangos de impuestos”, dudó.
Vivienda propia cada vez más lejana
Con esta realidad, la oportunidad de la vivienda propia está lejos de ser realidad. Para Torres, “no deberíamos perseguir el sueño de la casa propia”, pero ocurre en un mercado desregulado, abusivo y especulador. “En Europa, hay gente que elige vivir en el centro de la ciudad porque le gusta alquilar, porque le gusta la zona, ese no es el problema. Deberíamos poder alquilar en condiciones dignas, equilibradas y no someternos a un abuso”, confió el representante de los inquilinos a la FM de las Misiones.
Para dejar de que sea un sueño la casa propia, para Torres, el Estado debería ser “garante” o “mediador” cuando se den contratos abusivos, o combatirlos “a través la construcción de viviendas o créditos reales, blandos, posibles de pago y no esos créditos que existen hoy que son solo para millonarios”, criticó.
Hoy el inquilino está desamparado y librado al desregulado mercado. “No hay defensoría del inquilino, te dibujan que no es un contrato comercial, que es un contrato civil, de partes, donde cada uno -si está de acuerdo- alquila y listo. Lo que pasa es que uno (propietario) tiene el bien y el otro (inquilino) tiene la necesidad imperiosa de tener hogar, y es sometido… Volvemos a la Argentina de Alberdi que el presidente tanto sueña, la de los terratenientes, donde no existía obra social, jubilación, no había derechos; entonces, el patrón tenía el derecho, por tener el capital, de obligarte a hacer lo que quisiera, eso está pasando con los alquileres al no haber regulación”, comentó.
Alternativas que preocupan
Por último, Torres dio a conocer situaciones graves y preocupantes que están pasando en Misiones respecto a la vivienda, al no tener la posibilidad económica de alquilar.
“Hay familias que están viviendo juntas, como si fuese una cooperativa para poder solventar gastos. Esto traeá problemas sociales a la larga: podemos hablar de abusos infantiles y muchas cosas que ocurren cuando se mezclan familias que no deberían mezclarse”, expuso y confió que conoce varios casos.
“A veces son madres solteras que viven con un matrimonio, amigos o conocidos. Se ayudan a pagar el alquiler, y de esa manera, conviven todos. Eso está pasando y a nadie le importa”, cerró.





