Volver a ilusionarte con tu negocio, con tu emprendimiento. Qué necesario es a veces, ¿verdad? Un negocio es una relación, y como todas, es normal que sufra altibajos. Pero es la falta de ilusión lo que más nos afecta emocionalmente. Cuando emocionalmente no estamos conectadas con lo que hacemos, los resultados se esfuman por la ventana, porque perdemos la energía, las ganas, porque ya no nos identificamos con el proyecto, o quizás sencillamente, es que hemos evolucionado.
¿Pero, sabes dónde se encuentra el problema realmente?
El problema es no aceptarlo y sumirte en el lamento inútil que no te lleva a nada. ¿Qué haces cuando tu relación de pareja atraviesa una crisis? Puedes romperla, por supuesto, y a veces es necesario. Pero también puedes intentar hablar, identificar qué falla, cambiar los hábitos, salir de la rutina. Al fin y al cabo, buscar la manera de reilusionarte y reilusionar a tu pareja. Lo mismo pasa con tu emprendimiento, el negocio va bien, pero no eres feliz. Has perdido la ilusión.
Ilusionarse con el emprendimiento
Y ahora te preguntarás qué puedes hacer para volver a ilusionarte con tu negocio. En primer lugar, no lanzarte de cabeza a nada, quiero decir, no ponerte a rediseñar el logo y a cambiar la decoración, ni el formato de tus redes, ni nada de lo que te lleva el primer impulso, y por supuesto, tampoco a modificar la estrategia de precios, de producto ni nada de todo ello. El proceso de ilusionarse con un proyecto es un proceso de cambio y todo cambio requiere un análisis previo, es necesario realizar un diagnóstico de la situación actual de tu emprendimiento. Reilusionarse con el negocio, con tu emprendimiento tiene mucho que ver con tu propósito personal. Tus objetivos personales, lo que se te da bien hacer, tu vocación y tu idea de negocio han de resultar coherentes entre sí, porque “donde no acampa la coherencia aparece la inquietud”.
Visión y misión han de ir de la mano
La misión, por si no lo sabes, es tu objetivo, tu razón de ser, y ha de estar en consonancia con tu visión (con lo que pretendes conseguir a futuro). Sería la respuesta al porqué de tu emprendimiento. La visión es visualizar el futuro de ese emprendimiento en un plazo determinado.
Es el ejercicio mental de simular tu actividad emprendedora en el futuro. Dónde quieres estar y qué quieres conseguir en un plazo. Y muy importante también, identificar tus valores. Por lo tanto, empieza por ahí. Por contrastar dónde estás y a dónde quieres ir.
Cada rincón de tu negocio cuenta
Y a continuación métete en cada rinconcito de tu negocio:
• El perfil de tu cliente ideal. Conocerlo es fundamental.
• Tus servicios y/o productos. Los que funcionan y los que no, los que necesitas para impulsar el cambio que deseas.
• Las estrategias de comunicación y marketing y los resultados que has obtenido en los últimos años.
• Cuál es tu Propuesta de Valor.
• La política de precios y tu posicionamiento en el mercado.
• Quién es y qué hace tu competencia.
• Las fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades de lo que tienes en mente.
• Cómo se comporta el mercado.
• Costes de producción, de tu actividad…
Casi nada, ¿verdad? Es trabajo, claro que sí, ¿pero acaso ahora te pasas las horas en la luna? Pues entonces, lo que vas a hacer es dejar de gastar tu tiempo para invertir cada minuto en algo que está a tu alcance, ¡REILUSIONARTE CON TU EMPRENDIMIENTO!
Karyna González
Fundadora de Spacio Mujer
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