El domingo una tormenta acompañada de ráfagas intensas afectó principalmente a Posadas, y también a otras localidades de la zona sur y centro de la provincia. Además de las consecuencias en la vía pública, infraestructura urbana y viviendas particulares, el temporal también impactó en la producción de las chacras; ¿qué pasó este fin de semana en las zonas rurales?
En FM 89.3 Santa María de las Misiones, el agrometeorólogo del INTA de Cerro Azul, José Olinuk, sostuvo que los eventos meteorológicos extremos ya no son una excepción, sino una nueva normalidad que impone fuertes desafíos a la producción agropecuaria y reconoció que “el campo sufre mucho debido al cambio climático”, por lo que los productores deben estar más atentos y pendientes para desarrollar y planificar actividades y acciones preventivas.
Si bien la producción es sensible a los contundentes comportamientos de los fenómenos climáticos, Olinuk marcó una diferencia importante: “Una cosa son los cultivos perennes, como el cultivo forestal, la yerba mate y el té. Esos cultivos perennes soportan, diría yo, bastante mejor los cambios del clima. Por ejemplo, si llueven 200 milímetros en un día, puede ser que en cultivos yerbateros o forestales prácticamente no ocasione mayores problemas.Ahora, los cultivos anuales ya sufren más. Y si vamos a los cultivos hortícolas, bueno, esos son los más sensibles“, describió.
Aclaró que, por la época del año, las recientes tormentas no generaron daños de consideración ya que la mayoría de los cultivos de verano ya no están en pie. “Estamos entrando en otoño-invierno, donde muchos de esos cultivos ya no están presentes. Entonces, ese tipo de evento, afortunadamente, por ese motivo, ocasiona menos daños. Ahora es la época en la que se cosecha, por ejemplo, la yerba. Si bien este año tenemos todo un tema con la yerba, que está frenado, no es una época de siembra, sino de preparación de terrenos para otros cultivos. En la plantación de yerba mate o de cultivos frutales, ese tipo de actividad soporta mejor. No les afecta tanto una tormenta fuerte”, apuntó y agregó que “por ejemplo, en primavera para el cultivo como el tabaco que tiene plantas grandes, cualquier tormenta, viento fuerte o granizo puede ser muy dañino”.
Además, Olinuk remarcó que en este contexto los productores se van adecuando y mencionó como ejemplo que mientras que años atrás se hacían muchos cultivos de tomate a la intemperio, ahora se hace más difícil porque “la radiación solar es muy fuerte, las tormentas también, y además han aparecido más ataques de hongos”.
“Por el cambio en el régimen de lluvias, en las temperaturas y en la radiación solar, todo se ha hecho más difícil. Entonces, ya muchos productores que siguen con esos cultivos lo hacen de forma protegida. De lo contrario, no se puede. Es decir, lentamente se van adaptando. No queda otra, porque si no se adapta, el resultado es directamente el fracaso de la cosecha y de la producción“, sentenció.
Durante la entrevista, también fue consultado por el cultivo de café en Misiones, a partir de nuevos proyectos de fomento. Recordó que en su infancia, en Almafuerte, ya existían experiencias con café, y aseguró que “por el clima que tenemos se puede pensar en cultivos a determinada escala”. No obstante, aclaró que el café es muy sensible a las heladas y que, aunque estas disminuyeron en frecuencia e intensidad, aún es necesario evaluar bien el terreno.
“Las zonas más aptas son las que tienen altitud y pendientes que miran al norte o noreste, donde hay mayor radiación solar y menos impacto de los vientos fríos del sur. Misiones tiene microclimas muy distintos por su topografía, y eso hay que analizarlo caso por caso”, señaló.
Finalmente, el especialista remarcó que aunque hay años con muchas jornadas de heladas, en realidad no todas son intensas: “Podemos tener 11 días de heladas, pero con temperaturas apenas por debajo de cero, lo que no genera daños importantes”.




