Desde su chacra ubicada en Colonia Aurora, al límite con Brasil, Mirta Walter se prepara para un viaje inédito: será una de las disertantes en el 2° Encuentro Federal de Mujeres Tamberas y Queseras, que se desarrollará el próximo martes 14 de mayo en la Expo Todo, en la provincia de Santa Fe. Con más de 15 años en la actividad, Mirta representará a Misiones como parte de la cooperativa Esperanza, integrada por más de 40 familias productoras.
“La verdad que me tomó por sorpresa. Nunca salí de mi rinconcito acá en la chacra, siempre estuve trabajando. Va a ser una experiencia inolvidable”, asegura. Su historia con la lechería comenzó por una necesidad familiar: “Cuando nos mudamos a la chacra, le pedí a mi esposo una vaca para tener leche para nuestro hijo. Como me sobraba, empecé a hacer queso y a venderlo”.
Hoy, con un rodeo de 40 vacas y 35 en producción, alcanzan un promedio de 350 litros diarios. El cambio más significativo llegó cuando decidieron dejar de elaborar queso en casa para vender directamente a la cooperativa: “Nos permitió descansar un poco más, mejorar la calidad de vida y aumentar la producción. Antes sacábamos 100 litros, ahora más que triplicamos eso”.
Además del tambo, la familia sigue trabajando el tabaco, aunque en menor escala. “El tambo exige estar todos los días, pero con menos gente logramos un ingreso más seguro. El tabaco, en cambio, requiere mucha más mano de obra y no siempre da ganancia”.
Uno de los pilares del crecimiento de su emprendimiento fue el acompañamiento técnico del INTA y la cooperativa: introdujeron nuevas pasturas, mejoraron el manejo del rodeo e implementaron guacheras con estacas, un sistema que facilita la alimentación y el cuidado de los terneros.
Mirta valora la oportunidad de participar del encuentro nacional no solo como un reconocimiento personal, sino como una forma de visibilizar el trabajo de muchas mujeres rurales. “Así como yo, en la cooperativa hay más de 40 mujeres que entregan leche. Todas trabajamos a la par de nuestras familias, luchando con esfuerzo y sacrificio. Que se escuchen nuestras voces es muy importante”.
Con expectativas de aprendizaje y red, la misionera confiesa que espera volver con ideas para mejorar su producción. “Será bueno ir, conocer otras realidades, ver qué hacen en provincias como Santa Fe, Córdoba o Neuquén y traer eso a lo nuestro”.