Un arma de fuego apuntándole a la cabeza, un niño de 10 años a su lado y un grito que se repetía: “Dejá de hacerte la loca, te voy a matar”. La escena extrema que no terminó en una noche fatal de femicidio se registró en el barrio Rocamora el jueves 3 de junio de 2021. Una joven entonces de 27 años aterrada frente al caño de una pistola en la mano de su pareja y las balas que no salieron, solo el destino sabe el porqué.
Ante los jueces del Tribunal Penal 2 de esta capital, César Antonio Yaya, Augusto Gregorio Busse y Marcela Alejandra Leiva (subrogante), comenzó a ser juzgado ayer Oscar José Macierzynski de 40 años, posadeño acusado de “amenazas agravadas por el uso de arma de fuego” (artículos 149 Bis y 189 Ter del Código Penal Argentino), calificación con una perspectiva de condena de culpabilidad que superaría los seis años de prisión de cumplimiento efectivo.
El encartado se abstuvo de declarar en el inicio del debate. En sentido contrario, las víctimas, su expareja y un hijo de ella, fueron escuchados con los recaudos cubiertos por el tribunal, sin la presencia en la sala de Macierzynski y con las garantías exigidas para el derecho de defensa.
“Temí por mi vida, al otro día busqué asesoramiento y fui a hacer la denuncia en la Comisaría de la Mujer. Busqué todas mis cosas, a mis hijos y mis perros y me fui al departamento de mi abuela que me lo prestó”.
La madre relató (tras la pregunta del fiscal Vladimir Glinka): “Él inició una relación complicada con mis hijos (hijastro y un niño de 2 años en común), de maltrato constante, pocos días antes del hecho (31 de mayo) no me dejó utilizar un salón que estaba en el predio donde vivíamos que es propiedad de su padre, para festejar el cumpleaños de uno de los niños”.
“En la casa había armas sobre un mueble al lado de un equipo de música, él las utilizaba para dispararle a un montículo de tierra en el patio de adelante de la casa. Eso hizo la noche que me amenazó: ‘Dejá de hacerte la loca, te voy a matar’, lo repetía y yo con mi hijo al lado. Fue y comenzó a disparar afuera, el niño se fue a la pieza porque yo lo llevé de inmediato y allí se quedó asustado escuchando cómo descargaba su ira a los tiros”.
“Temí por mi vida, al otro día busqué asesoramiento y fui a hacer la denuncia en la Comisaría de la Mujer, después fui y busqué todas mis cosas, a mis hijos y mis perros y me fui al departamento de mi abuela que me lo prestó”.
A pocos días de cumplir 14 años, el niño que fue testigo y víctima de la situación de violencia denunciada y que se intenta esclarecer en juicio oral, se sentó ante el Tribunal y relató con precisión y léxico concreto lo que sufrió: “Él comenzó a forzarme a levantar bolsas de arena y materiales, maderas grandes, yo tenía 10 años. Ahí aumentaron los problemas cuando intenté no obedecer e ignorarlo. Esa noche él me levantó la mano para pegarme porque yo estaba jugando con la play y él se enojó porque no le respondí. Lo frenó mi madre, se metió en el medio y se desató una discusión verbal entre ellos. Las palabras perfectamente no recuerdo, hasta que Oscar agarra el arma y le apunta a la cabeza a mi mamá y grita que la iba a matar”.
El menor amplió: “Realmente pensé que lo iba a hacer, que la iba a matar. Yo me quedé shockeado, paralizado. Oscar bajó el arma y se fue afuera y ahí sí comenzó a disparar. Yo escuchaba los tiros desde mi pieza”.
También aclaró desenvuelto y tranquilo: “Nadie me dijo lo que tenía que decir o me enseñó. Las palabras que utilizo son de los juegos online que habitualmente practico y ahí, por ejemplo, hay que parecer un soldado con un lenguaje formal y así fui aprendiendo los significados también”.
El próximo lunes continuará la audiencia con más testigos y posibles alegatos y sentencia.