En el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de esta capital comenzó a ser juzgado ayer Jorge Daniel Barceló, bonaerense de 39 años y oficial que prestó servicio en la delegación Posadas de la Prefectura Naval Argentina, denunciado por reiterados abusos sexuales, acoso y persecución laboral a una subalterna.
Siete acusaciones por estas calificaciones delictivas enfrenta el efectivo detenido en la unidad penal IV del Servicio Penitenciario Federal en la localidad de Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires. La primera audiencia ante los jueces Gustavo Fabián Cardozo, Manuel Alberto Jesús Moreira y Enrique Jorge Bosch (subrogante del TOF de Resistencia) se desplegó con la lectura de los requerimientos y elevación a juicio del encartado.
Esta jornada fue de acceso abierto al público y medios, las doce restantes serán cerradas por tratarse de delitos contra la integridad sexual. Reservándose para la ronda de alegatos y veredicto -sin fecha prevista aún- la apertura nuevamente.
La denunciante, hoy de 33 años, era cabo primero cuando en 2020 comenzó a sufrir los actos de persecución laboral y acoso sexual que no tardaron agravarse con sendos episodios de violación con acceso carnal y violencia moral y mental en el mismo contexto: la Oficina de Salvamento, Incendio y Protección Ambiental (SIPA) a la que fue asignado Barceló proveniente de Quequén, Buenos Aires.
Puntualmente, Barceló está acusado de “abuso de autoridad, contra la integridad sexual en perjuicio de una subordinada y falsificación de documentos”, previstos y reprimidos por los artículos 119, 42 y 149 Bis, 248 y 292, del Código Penal Argentino, todos en calidad de “autor”. En total: siete hechos.
Barceló intentará defenderse de los supuestos actos contra la suboficial contra quien habría utilizado su jerarquía con órdenes arbitrarias, como las de negarle licencias médicas u ordinarias referentes a su tareas. Esta presión se habría repetido con actos de acoso laboral y sexual, a los que Barceló sumó obligaciones a prestar servicios extras, actos de exigencia física extremos e incluso cuando la víctima estaba lastimada, por ejemplo: una fractura en una mano que sufrió en un accidente vial de 2020.
El acoso laboral se complementaba con hostigamiento, órdenes a los gritos y degradantes, porque no accedía a las intenciones sexuales de la autoridad, el propio Barceló.
Según consta en el expediente -y a modo de ejemplo- se remarca un hecho de hostigamiento: “Vos pensás que me vas a cagar la carrera, en serio pensás que lo podés hacer, yo soy el jefe, tu jefe”, le gritó a la denunciante mientras le rompía el certificado médico presentado por las lesiones físicas.
Pero la violencia fue aún mayor. La víctima presentó un nuevo certificado y Barceló lo habría cajoneado, no lo informó al registro obligatorio de la dependencia y la suboficial fue sancionada.
“Sos inútil, no sabés hacer nada, no podés hacer nada”, le habría vuelto a gritar a la subalterna y luego pidió su desafectación.
De acuerdo a la elevación a juicio que requirió la fiscal de primera instancia Silvina Gutiérrez, y luego solicitó la jueza María Verónica Skanata, Barceló abusó sexualmente de la suboficial en el baño de un camarote de oficiales, en la guardia de Prefectura Posadas. “La violó y se fue a preparar mate con total tranquilidad”.
En Puerto Rico, en operativo asignado, irrumpió mientras ella se bañaba pero la víctima logró esquivar el ataque sexual diciéndole que había gente cerca. Luego Barceló le solicitó dialogar para pedirle perdón, la guió hacia la costa del río Paraná y allí la volvió a someterla pero en un tacuaral con insultos que este Diario se reserva. Los actos similares se replicaron en una traffic de la fuerza, en Puerto Iguazú también en una dependencia de guardia.
En 2023, Barceló denunció por falsa denuncia a la suboficial, la acusó de un plan para inventarle una causa de acoso y echarlo de la fuerza federal.