Uno de los momentos más icónicos y emocionantes del proceso de elección de un nuevo Papa es el anuncio por parte del cardenal protodiácono, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, del nombre que tomará el nuevo Pontífice.
Primero se lo presenta con su nombre bautismal, e inmediatamente después se dice el nombre que ha adoptado para su pontificado.
Que los electos para asumir el trono papal cambien su nombre es una tradición que data del siglo VI. En el año 533, el papa Juan II decidió adoptar un nombre distinto a su nombre de pila, que era Mercurius, porque no le pareció apropiado llevar un nombre tomado de un dios pagano.
A pesar de este primer antecedente, siguió siendo común que los nuevos pontífices mantuvieran su nombre de bautismo para reinar. No fue sino hasta muchos siglos después que esta práctica se estandarizó. De hecho, el último Papa en mantener su nombre de pila fue Marcelo II, elegido en 1555.

No existen criterios oficiales para que un Papa elija su nuevo nombre. Pueden hacerlo por diversos motivos, como señalar la misión y el tono de su pontificado u honrar a alguno de sus antecesores. Tal fue el caso de Juan Pablo I, quien eligió su nombre en homenaje a Juan XXIII y Pablo VI. Juan Pablo II, por su parte, escogió su nombre para honrar a Juan Pablo I.
Benedicto XVI decidió rendir honores a Benedicto XV, quien dirigió a la Iglesia a través de la Primera Guerra Mundial. “Como él, deseo poner mi ministerio al servicio de la reconciliación y la armonía entre los hombres y los pueblos, profundamente convencido de que el gran bien de la paz es ante todo don de Dios”, señaló el Papa alemán el 27 de abril de 2005.
El papa Francisco explicó en múltiples ocasiones que su nombre fue inspirado por un intercambio con el fallecido cardenal brasileño Claudio Hummes, quien le abrazó inmediatamente después de resultar electo y le pidió que no se olvidara de los pobres.
A pesar de que no existen restricciones sobre la elección del nombre papal, es una costumbre que los papas no tomen el nombre de Pedro, por respeto al primer Pontífice, electo por el mismo Jesucristo.
¿Cuáles son los nombres más usados por los Papas?
Desde San Pedro, que encabezó la Iglesia Católica desde el año 32 hasta el 67, el nombre de Juan ha sido tomado por los pontífices en 23 ocasiones. Le siguen los nombres de Gregorio y Benedicto, con 16 ocasiones cada uno.
Con el nuevo Papa, el número 267, León escala hasta el cuarto puesto con 14 veces, las mismas que Clemente. Además, la lista ubica a Inocencio con 13, Pío en 12 y Esteban con 9.
Hasta el momento, los papas han escogido hasta 81 nombres distintos, algunos tan particulares como Agatón, Eleuterio, Hormisdas, Sabiniano, Simplicio, Sisinio y Zósimo.
Hay 44 nombres papales que solo se han usado una vez. Algunos de estos nombres son: Anacleto, Constantino, Cornelio, Francisco, Hilario, Lino, Marcelino, Marcos, Pedro y Valentín.
Fuente: ACI Prensa