El Gobierno nacional en particular y los argentinos en general tendrán otro trimestre complejo en cuanto a la inflación y el consumo. Si bien las medidas tendientes a moderarla la estacionaron por debajo del 5%, siguen bastante lejos del 1% que anhelan todos.
Economía entiende que ese objetivo podría lograrse antes de las elecciones de medio término, pero también comprende que precisa cambiar lo antes posible el humor social atado a la suba de precios.
Las encuestas de varias consultoras comienzan a esbozar que el tema en cuestión gana lugar en el terreno de las principales preocupaciones de la sociedad.
Más allá del aspecto técnico que rige las mediciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos, el presidente Javier Milei afirma que si se quitaran los rasgos estacionales, la inflación ya está en la línea del 1%. De hecho, lo repite desde fines del año pasado, aun cuando los niveles que mes a mes arroja el INDEC no le den la razón.
Quizás algo contrariado por las evidencias es que recientemente manifestó que “el mes de abril será mejor y seguramente a partir de mitad de año la inflación empezará a perforar el 1% y para mitad del año que viene se terminó el problema de la inflación en Argentina”. En este caso ya llama la atención la vigencia del corrimiento de expectativas.
Pero los datos duros de la realidad no evitan que el Gobierno utilice la autoridad, el tono y la carga de la voz presidencial para atar, por ejemplo, las negociaciones salariales a la expectativa inflacionaria. Es así que desde ahora, por más que el IPC sea del 3 o el 4%, Economía no convalidará paritarias por encima del 1%.
La sentencia llegó con recientes paritarias como la de Comercio, que cerró en 5,4% trimestral; o la del sindicato que agrupa a la industria del automóvil, que acordó 8,3% para el segundo trimestre del año: o Sanidad, que cerró un incremento del 8,6% a partir de abril.
Convalidar estos porcentajes implicaría la admisión de una inflación muy por encima de la proyectada y reconocida por el Gobierno que a fuerza de declaraciones busca zafar del eterno drama de los precios.
Otro dato sobre el que el oficialismo aplica la misma dinámica es el del consumo. Pese a la caída que se replica desde hace varios meses por el ajuste que no recayó sobre quienes debía recaer, el mandatario afirma que las ventas en los supermercados no repuntan porque cada vez se compra más online. Y pone como ejemplo el balance del portal de Marcos Galperin.
“Si está creciendo tanto el PBI, no puede ser que no esté creciendo el consumo, de hecho, si lo tomás por cuenta nacional, el consumo está volando. Lo que está pasando es que está cambiando la modalidad de consumo. Si yo tuviera que mirar algo, yo miraría los balances de empresas que se dedican al e-commerce porque cambió la modalidad del consumo. Hoy te comprás un montón de cosas por Mercado Libre. Entonces, me parece que habría que mirar los balances de Mercado Libre y seguramente vas a ver que los números son tremendos”. Es cierto, aunque nada más que en parte.
Según la Cámara Argentina de Comercio Electrónico, las categorías que apuntalaron las ventas en el mundo digital fueron: turismo, equipos de audio e imagen, artículos para el hogar y electrodomésticos.
En este caso el contraargumento es más drástico. En esa plataforma no se venden frutas, verduras, lácteos ni carne fresca, por nombrar nada más que algunos componentes de la mesa cotidiana de los argentinos.
Termina siendo una ironía monumental que durante el Gobierno de los técnicos económicos las negociaciones salariales se rijan por la visceralidad política más que por los datos duros de la realidad. O que el consumo “suba”, pese a que sigue estancado.
Inflación, consumo y los demás datos son entonces testimoniales. Valen solo cuando le dan la razón al Presidente y son descartables cuando van en sentido contrario. Un videíto en redes sociales, unas cuantas réplicas del “ministerio de trolls” y la verdad termina siendo algorítmica. Se valida más por la cantidad de likes que por lo que representa en sí misma.
La enorme realidad detrás de la mecánica que emplea el oficialismo para abordar esta problemática es que si los ingresos no mejoran ostensiblemente y si el INDEC le sigue asignado un porcentaje inferior a la canasta de servicios, el Gobierno seguirá corriendo detrás de la inflación y el consumo, acaso los dos rubros más importantes de la microeconomía que no terminan de resolverse.
… y hablando de visceralidades
Luego de un año completo de hermetismo, silencio y bajo perfil, el asesor sin firma ni cargo, pero con enorme gravitación en las decisiones presidenciales, dejó el anonimato para hacerse notar.
Santiago Caputo se expuso más allá de los posteos en sus cuentas anónimas en redes sociales, se presentó en una cena en territorio del PRO para “marcar” la zona y hasta le quitó protagonismo al candidato Manuel Adorni.
Fue cuando se presentó al debate de postulantes y tomó la credencial de un reportero gráfico que lo apuntaba con su cámara, la sostuvo y le sacó una foto con su celular. La situación fue polémica, incómoda y expuso la virulencia con la que se mueve el “triángulo de hierro”. Quizás buscando hacer control de daños es que hubo multiplicación de referentes libertarios en medios de comunicación buscando restarle importancia al tema.
Seduciendo al ahorrista
Uno de los principales temas de la batalla cultural que inauguró este Gobierno tiene que ver con la desconfianza que la sociedad mantiene constantemente con quienes la administran. De hecho, eso explica en buena medida que el oficialismo hoy sea libertario y no alguno de los partidos tradicionales.
Con esa premisa es que el ministro Luis Caputo anticipó recientemente que en los próximos días dará a conocer medidas que incentivarán a los ahorristas a sacar sus dólares del colchón. Será “una medida que va a sorprender”, aseguró el jefe de la cartera económica.
En este caso, la “venta” de expectativa tiene dos lógicas. Una viene dada en los repetidos fracasos que viene teniendo el Gobierno cuando convoca a esos billetes que están fuera del circuito, unos 200 mil millones.
Sin ir más lejos, la última “invitación” del propio Caputo fue: “Van a tener que vender dólares para pagar impuestos”.
La otra lógica es que el Gobierno necesita con énfasis una dolarización endógena para que, bajo el sistema de bandas de flotación, el tipo de cambio siga estable. Sería un fracaso que a menos de dos meses de su debut, el Gobierno deba intervenir en el mercado de cambios, promoviendo así tensiones que recaerían indefectiblemente sobre la inflación.
“Estado suficiente”, autonomía y equilibrio en la era del ajuste
En su reciente informe anual ante la Legislatura, el gobernador Hugo Passalacqua trazó los ejes de su gestión en medio de un contexto de tensiones políticas y económicas a nivel Nación. Impulsado por los excelentes rendimientos que viene dejando el turismo y las actividades afines, destacó el escenario que la provincia ocupa en la región y las medidas que define para sostener los niveles de consumo y producción. No es menor que la calificación crediticia de la provincia supere hoy a la de distritos como Santa Fe o Córdoba.
El mensaje aspiró a diferenciar la situación local de la que exhibe la Nación. Desendeudamiento y equilibrio fiscal sin resignar presencia, mientras el Estado nacional recorta y no interviene siquiera en el arreglo de las rutas.
La cita sirvió también para que la militancia oficialista provincial, entre originales, “neos” y “blend” confluyera bajo la mirada de Carlos Rovira, conductor del movimiento.
Tensiones rumbo al 8J
Entre impugnaciones e internas que no tomaron mayor trascendencia por el feriado largo, avanza el calendario electoral.
Adelantado por este medio, en las últimas horas se conocieron los fundamentos de la impugnación del cabeza de la lista de diputados de “Por la Vida y los Valores”. Llamativamente, la apelación no llegó de manos de los dos apoderados, sino que lo hizo el séptimo en la lista, lo que dejó al descubierto una interna que ya venía escalando por el reordenamiento de lugares.










