Misiones está entre las cuatro provincias que concentran la mayor cantidad de escuelas con desempeños por debajo de lo esperable según el contexto. El 53% de las escuelas de la provincia logran resultados de desempeño por debajo de lo esperado en función de su nivel socioeconómico.
Que los chicos de nivel socioeconómico más bajo logran en promedio rendimientos escolares más bajos no es una novedad. Pero también inciden factores como la asistencia a sala de 3 y los libros en el hogar. Además, las escuelas pueden hacer la diferencia fomentando un buen clima, directivos con más antigüedad, docentes formados y más horas de clases.
Algunas provincias concentran un porcentaje significativo de escuelas que rinden por encima de lo esperado en función de su nivel socioeconómico.
El clima escolar, la formación y antigüedad del director, las horas de clases y la formación docente son factores que se asocian con mejores desempeños de los estudiantes, tanto en escuelas estatales como privadas.
Si bien el rendimiento escolar se ve fuertemente influenciado por las condiciones sociales, los datos muestran que las escuelas pueden actuar sobre ciertas variables para mejorar los aprendizajes de sus alumnos, incluso en contextos desfavorables.
El rol de la escuela en el rendimiento
Estos hallazgos surgen del informe “El nivel socioeconómico no lo define todo: el rol de las escuelas en el rendimiento”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Mariano Tommasi, Cecilia Adrogué, María Victoria Anauati (CEDH), Leyre Sáenz Guillén y María Sol Alzú (Observatorio de Argentinos por la Educación).
A partir de los resultados de la evaluación Aprender 2023 de primaria y del Relevamiento Anual 2023 de la Secretaría de Educación de la Nación, el informe analiza cuánto influyen las condiciones sociales en el rendimiento académico de las escuelas, pero también indaga en el impacto de variables propias de la escuela y del aula, como el clima escolar, la formación docente y el tiempo de clase.
Factores previos y rendimientos esperados
Es sabido que el rendimiento escolar se ve muy influenciado por factores previos al ingreso de los alumnos a la escuela, como el nivel socioeconómico, la educación de la madre, la presencia de libros en el hogar o la asistencia a la sala de 3 años. Estos dos últimos factores pueden y deben ser estimulados desde políticas públicas focalizadas y también reforzados desde cada familia.
A partir de estas condiciones iniciales, los autores del informe estimaron un rendimiento “esperado” para cada escuela y lo compararon con el rendimiento real. Encontraron que, a nivel nacional, el 35% de las escuelas supera lo esperado según el contexto de sus estudiantes, lo que demuestra que es posible lograr buenos resultados incluso en condiciones desfavorables. En tanto, un 39% de las escuelas rinde por debajo de lo esperado en función de su contexto social.
En este sentido, se destacan positivamente las provincias de Neuquén (41%), Chubut (40%), Entre Ríos (38%) y Mendoza (38%): son las que tienen las mayores proporciones de escuelas que rinden por encima de lo esperado. En cambio, Formosa (59%), Corrientes, Santiago del Estero y Misiones (53%) concentran la mayor cantidad de escuelas con desempeños por debajo de lo esperable según el contexto.
Margen de acción
Los datos muestran que el rendimiento escolar no está completamente determinado por el origen social de los estudiantes: aunque existe una relación positiva entre el nivel socioeconómico y los resultados académicos, hay escuelas que logran desempeños destacados incluso en entornos desfavorables. Si bien las condiciones familiares de origen influyen fuertemente en el rendimiento escolar, lo que ocurre dentro de las escuelas también es determinante.
Entre estos factores institucionales, los más relevantes son el clima escolar, la formación y antigüedad del director, la cantidad de horas de clase y la formación docente: todas estas variables se asocian positivamente con mejores desempeños.
El informe también indaga en los factores que distinguen a las escuelas que obtienen buenos resultados en contextos muy vulnerables. Entre las escuelas del cuartil más bajo de nivel socioeconómico (es decir, las que atienden a estudiantes provenientes de los hogares más pobres), hay cuatro factores que marcan una diferencia clara en el rendimiento académico: la antigüedad del director, el clima escolar, la formación docente y las horas de clase.
Los resultados muestran que las escuelas tienen márgenes de acción para promover mejores aprendizajes, incluso en contextos adversos.
“La escuela puede ser la que rompe el círculo vicioso de la pobreza. Pero su mera existencia y la asistencia de niños y jóvenes no garantiza que lo sea. El desafío es grande. El compromiso, la formación y experiencia del equipo directivo y docente, así como el tiempo efectivo de clases –y evitar el ausentismo– son fundamentales para que los niños y jóvenes aprendan y tengan mayores oportunidades en la vida”, afirmó la coautora del informe e investigadora del Centro de Estudios del Desarrollo Humano (CEDH) y la Universidad de San Andrés (UdeSA), Cecilia Adrogué.