El contexto es siempre relevante al igual que las formas. Los exultantes anuncios al filo del inicio del fin de semana son importantes, decisivos y van en sintonía con lo que venía manifestando el Gobierno.
El esquema que empleó el viernes el Poder Ejecutivo fue el correcto, expresando primero una hoja de ruta por escrito en la web del Banco Central para darle paso después a la conferencia del ministro Luis Caputo que “remató la faena”.
Todo lo que sucedió antes del viernes en cuanto a la comunicación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional estuvo mal. Por eso el mercado reaccionaba negativo ante cada presentación del jefe de Economía que expresaba mensajes altamente incongruentes.
Por primera vez en el año casi y medio que el Gobierno lleva siendo tal, hubo coherencia entre lo que se acordó y anunció, se trazó un esquema y fue tan evidente que no aparecieron reacciones de la oposición en lo que quedó de esa jornada.
Ahora bien, si como alegó Caputo durante su presentación, “el plan económico ha sido exitoso”, caben entonces algunas preguntas o dudas que deja el contexto. Aquí van solo seis.
Primera: el Gobierno repitió una y otra vez que para levantar el cepo la inflación tenía que converger al 1,5% y desaparecer el “sobrante” monetario… pero ninguna de las dos cosas ocurrió. De hecho, la meta del 1,5% está hoy más lejana que antes del anuncio.
Segunda: si todo marchaba bien y era “exitoso”, ¿por qué debió Argentina recurrir al prestamista de última instancia a pedir nada menos que veinte mil millones de dólares?
Tercera: ¿por qué hay que pensar que esta vez será distinta a la del blanqueo del año pasado? Fue cuando se logró una muy alta adhesión que ensanchó la espalda del Banco Central que, sin embargo, se quedó sin poder de fuego ya en febrero de este año.
Cuarta: ¿por qué si el Gobierno ya contaba con lo que el Fondo oficializó el viernes, regaló ese mismo día 400 millones de dólares de reservas para contener la brecha?
Quinta: ¿midió el Gobierno el impacto inflacionario sobre la gente? Aunque habrá que esperar al lunes para tener una idea del porcentaje, teniendo en cuenta el precio oficial del dólar y el extremo más alto de la banda de flotación, podría esperarse un salto de al menos 30%. Son índices preocupantes en una Nación que viene haciendo todos los sacrificios mientras la casta política sigue sin sentir el ajuste.
Es el dato lógico y el que manejan los analistas de la city que proyectan un aumento del dólar desde los 1.078 pesos actuales. Y es que en un esquema de bandas con piso y techo, en Argentina siempre es más probable que el dólar converja hacia los precios más altos.
Ricardo Delgado, de la consultora Analytica, evaluó que “esto implica un esquema cambiario distinto que va a tener impacto sobre la inflación. Claramente, esto es una devaluación”. El Gobierno tiene que “evitar que el dólar salte a 1.400 pesos, porque eso sí sería peligroso”, advirtió.
Sexta: ¿Alcanzará esta maniobra para tentar a los esquivos inversores? Porque al cabo del año casi y medio de Gobierno, lo veneran, aplauden y prestan apoyos en cuanta conferencia se arme… pero siguen sin “ponerla”.
Las dudas son justas y merecen una respuesta técnica, porque en verdad nada cambió en cuanto a la macro: sigue habiendo superávit, la inflación sigue lejos de lo ideal, las jubilaciones no le van a ganar al índice de precios, por describir algunos aspectos.
El Gobierno ganó recursos, tiempo y centralidad justo el día en que la inflación repuntó muy por encima de las proyecciones privadas y oficiales y también en la semana en la que el mundo convulsionó a partir de las decisiones que se tomaron en materia arancelaria. Pero las expectativas que busca generar deberían ajustarse a la corta historia que lleva construida en el año y medio de gestión y a lo que genera en el mercado. Siempre hay riesgos dando vueltas y el comportamiento de los actores políticos y financieros gravita mucho en ese sentido. Puede pasar, por ejemplo, que en los próximos días el mercado no convalide la banda de 1.400 pesos, con lo que el Central ya comenzará a quemar reservas de las que llegan el martes. Sería trágico que eso suceda durante varios días, tal y como pasa desde hace semanas.
Y volviendo a la cuestión de las inversiones, el presidente Javier Milei se cansó de llamarlos, y hasta decirles directamente que “van a tener que ponerla”, pero los apoyos en el terreno no solo que no aparecen, sino que se destacan por su volumen fuera de Argentina.
Tal el caso de la mayor plataforma de venta online de la región. La inversión récord que Mercado Libre anunció recientemente en Brasil y la visita del presidente Lula da Silva a las oficinas centrales de la firma en São Paulo fueron un tiro directo a la línea de flotación del Gobierno, que tiene en esa compañía uno de sus máximos apoyos verbales del sector privado y a un exponente de las bondades de libre mercado.
La empresa informó que destinará unos 30 mil millones de reales (más de 5.700 millones de dólares) a sus operaciones brasileñas este año, con lo que alcanzaría los 50.000 empleados. Al mismo tiempo, el mandatario de ese país, al que Milei trató de “corrupto y comunista”, recorrió las instalaciones de Mercado Libre, valoró la apuesta del sector privado y destacó el desarrollo de infraestructura tecnológica para fortalecer la economía nacional.
La situación planteada se suma a la del campo, que no aceptó la invitación a liquidar en grande frente a una baja de retenciones con condiciones que resultaron ser leoninas y que solo quedaron expuestas por escrito y al final, no durante el anuncio. La comercialización de granos sigue por debajo de los promedios históricos.
Milei, Caputo y los alfiles económicos y financieros que defienden “la libertad” deberían asumirlo ya para acomodar mejor las expectativas. Es un fuerte error presionar al sector agropecuario para liquidar divisas. Ya lo hicieron otras administraciones y los resultados no cambian. No se puede obligar a un productor a vender antes de tiempo. Se vende cuando conviene, es la libertad, es la lógica que potenció el Gobierno en campaña y que, sin embargo, parece omitir ahora que está en el poder.
Reveses
“Vamos a poner a Estados Unidos primero, no a la carne desde la Argentina”, advirtió el jueves la secretaria de Agricultura de ese país, Brooke Rollins, en medio del revuelo provocado por la suba de aranceles decidida por Donald Trump. Sin contexto, suena al guion que siguen casi todos los funcionarios del propio Presidente norteamericano, quien por ejemplo, acaba de aprobar un decreto para lavarse su “precioso pelo (sic)” a gusto. En cambio, con contexto, la cuestión es, cuanto menos, preocupante.
Rollins es la funcionaria que recibió días atrás a Milei en Miami y a quien el argentino solicitó la foto presidencial que fue a buscar. Milei se volvió sin la foto y Rollins acaba de cerrarle el ingreso a la carne argentina…
Por otra parte, el Gobierno solo zafó del dato de inflación de marzo por el anuncio del acuerdo con el Fondo. El nivel general del Índice de Precios al Consumidor registró un alza mensual de 3,7% y acumuló en el año una variación de 8,6%. En la comparación interanual, el incremento fue de 55,9%.
Si bien el oficialismo mantuvo hasta último momento la esperanza de romper finalmente con el piso del 2%, las proyecciones de consultoras privadas daban por descontado que la inflación del mes superaría a la de febrero (2,4%), pero el 3,7% final estuvo muy por encima de cualquier previsión y ensancha la distancia que existe con los salarios.
Otro terreno sobre el que el Gobierno dio pasos en falso fue el político. Pese a su “anemia” legislativa, en los meses que lleva en la gestión, el oficialismo se las arregló para sacar adelante proyectos de alto impacto en el Congreso. Sin embargo, al menos por estos días, fueron puros reveses. Porque pese a los intentos por desactivar el escándalo cripto “$LIBRA”, la memecoin que promocionó el presidente Javier Milei y fue denunciada como una estafa, la oposición reunió los votos y aprobó en Diputados la creación de una comisión investigadora y la citación de funcionarios de primer nivel, que se pondrá en marcha esta semana.
Lo que suceda de aquí en más dependerá de los acuerdos políticos, ya que se debe definir qué legisladores integrarán ese cuerpo parlamentario. La oposición buscará resolverlo este mismo martes. Tendrá 24 integrantes: seis de Unión por la Patria, tres del PRO, tres de la UCR y otros tres de Encuentro Federal, más dos de Democracia para Siempre, de Innovación Federal y de la Coalición Cívica y uno del Frente de Izquierda.
El nombre de Karina Milei fue uno de los propuestos para las interpelaciones, pero habría sido rápidamente descartado por un sector de la oposición para asegurar la continuidad de la comisión. Exponerla supondría desatar la intervención plena del oficialismo, que haría lo necesario para desarmar la comisión.
Lo que Nación no da…
Mientras tanto, en un mundo convulso por la guerra arancelaria y un país agitado por la grieta política y la economía ciclotímica, Misiones busca por distintos carriles lo que el contexto no le facilita.
Vale traer a esta columna las declaraciones que el diputado Oscar Herrera Ahuad brindó en una entrevista a este medio: “Todos los gobiernos nacionales quedaron en deuda con Misiones”.
En los próximos días se inaugurará en El Soberbio una obra emblemática que mezcla el potencial ambiental local con infraestructura, que revaloriza al municipio, facilita la llegada a los Saltos del Moconá y abre la puerta a inversiones. Se trata de una pista aérea que mejora la conectividad regional y posiciona al Parque Provincial como un destino de alcance global y que se desarrolló bajo la proyección de Carlos Rovira con recursos provinciales, justo cuando la Nación aplica un recorte a la obra pública.
Finalmente, la puesta en marcha de la línea de crédito por 200 millones de dólares para PyMEs y empresas exportadoras gestionada días atrás por la Provincia.