El anuncio del presidente norteamericano Donald Trump de establecer una pausa por 90 días en la suba generalizada de aranceles que había impuesto hace una semana impactará en la Argentina, aunque seguirá sujeto al 10% de alícuota tributaria para los productos que quieran ingresar en el mercado estadounidense.
La medida ya es analizada por el Gobierno nacional y la Cancillería, que es la encargada de llevar adelante negociaciones por este tema con Washington. El sector privado argentino asegura que es temprano para considerar las consecuencias concretas de esa decisión hasta tanto se conozcan más novedades.
En esta caso, la decisión de Trump dejará a la Argentina con el mismo nivel de arancel de 10%, aunque esa cifra será el piso universal que quedará para el resto de los socios comerciales. Así, el mínimo arancelario será transversal para la mayoría de los países alcanzados.
El efecto podría ser negativo para los productos nacionales, ya que el hecho de que para todas las economías el porcentaje de arancel sea el mismo le hace perder a la Argentina la ventaja comparativa que había obtenido ante los países que habían sido sujetos a impuestos mucho más altos. Así lo explicó el experto y consultor en comercio internacional Marcelo Elizondo.
“En principio Argentina tenía una posición preferencial: solo 10% frente a muchos otros países con más. Pero ahora estamos todos iguales. Perdemos esa ventaja. Pero parecería que comienzan a negociar. Por lo que no sabemos qué acuerdos pueden ser logrados en esas negociaciones”, dijo Elizondo a Infobae.
“Hay una tremenda confusión que hace que cualquier empresa postergaría sus decisiones y esperarán hasta que termine este proceso de transición permanente. Mientras no haya reglas es muy difícil operar”, concluyó Elizondo.
A su vez, Fernando Landa, presidente de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), explicó que las posiciones arancelarias con alícuotas superiores al 10% que estableció ahora Trump como piso para todos no serán incluidas. “Siguen vigente los aranceles por aluminio, acero y autos. Veremos en el cobre, madera, farmacéutica o semicondictores”, aseguró.
“Argentina queda competitivamente igual que antes de las medidas salvo en acero, aluminio y autopartes, que son el 11% de las exportaciones a Estados Unidos y en aquello que compita en EEUU con Canadá y México, ejemplo carne, maní y otros”, dijo.
En tanto, la secretaria de Agricultura norteamericana Brooke Rollins defendió el plan Trump para los productores agropecuarios de ese país y aseguró que hay productos del exterior que podrían estar en la mira de la Casa Blanca, entre los que nombró a la carne argentina.
“El pueblo eligió a un disruptor en noviembre por voto popular, y en los estados clave, todos con la idea de que este presidente llegaría aquí y se acabaría la normalidad. Se acabó el statu quo. Vamos a poner a Estados Unidos primero, no a China, ni a India, ni a la carne desde Argentina, ni a los productos lácteos de Canadá, sino a Estados Unidos primero. Y eso es lo que está haciendo (Trump)”, dijo Rollins en una entrevista con Fox News.