Los mercados financieros internacionales iniciaron la semana con una fuerte ola de ventas que replicó y profundizó la tensión provocada por la escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China. A la aplicación mutua de aranceles entre ambas potencias, se sumó este lunes 7 de abril una nueva amenaza del presidente estadounidense, Donald Trump, quien advirtió que impondrá aranceles adicionales del 50% sobre las importaciones chinas si Pekín no revierte su última suba impositiva.
“Si China no retira su aumento del 34 % por encima de sus ya prolongados abusos comerciales para mañana, 8 de abril de 2025, Estados Unidos impondrá aranceles ADICIONALES a China del 50%, a partir del 9 de abril”, afirmó el mandatario. En un mensaje publicado en sus redes sociales, también anticipó que suspenderá cualquier negociación con Beijing: “¡Se darán por terminadas todas las conversaciones con China en relación con las reuniones solicitadas! Las negociaciones con otros países, que también han solicitado reuniones, comenzarán de inmediato”.
La reacción de los mercados fue inmediata. Las principales bolsas de Asia registraron derrumbes que superaron los de las jornadas previas. El índice Hang Seng, de Hong Kong, cayó 13,2%, seguido por el Nikkei de Tokio (-7,8%), el Shanghái Composite (-7,3%) y el Kospi surcoreano (-5,6%). En Europa, las pérdidas también fueron significativas: París retrocedió 4,8%, Frankfurt cayó 4,1%, Londres 4,6%, Madrid 4,8% y Milán 5,2%.
En Estados Unidos, tras un arranque negativo, los índices lograron moderar la caída luego de que el asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, sugiriera que el presidente estaba evaluando una “pausa de 90 días” en su política arancelaria. Esta declaración, sin embargo, fue desmentida poco después por la propia Casa Blanca, que calificó la información como “fake news”.
A pesar de la confusión, Wall Street terminó la jornada con resultados dispares: el S&P 500 avanzó un 0,5%, el Nasdaq subió un 1%, mientras que el Dow Jones retrocedió un 0,2%. Analistas coinciden en que la volatilidad persistirá mientras no se clarifique la estrategia de Washington frente a China y el resto de sus socios comerciales.
En este clima de incertidumbre, los activos argentinos volvieron a resentirse. Los ADRs de empresas locales que cotizan en Nueva York operaron con caídas de hasta 5,3%, encabezados por Bioceres, Transportadora Gas del Sur (-4,4%), Edenor (-3,9%), Cresud (-3,3%) y Pampa Energía (-2,8%). La única excepción fue Despegar, que logró subir 0,6%.
Los bonos soberanos en dólares también sufrieron un fuerte revés. El Global 2038 retrocedió 5%, el Bonar 2041 cayó 4,9%, el Bonar 2038 un 4,4% y el Global 2035, un 4,2%. Como consecuencia, el riesgo país escaló 35 puntos básicos y se ubicó en 960 unidades, según el índice que elabora J.P. Morgan.
La presión sobre los mercados emergentes se intensificó luego de que China oficializara un aumento del 34% en los aranceles aplicados a productos estadounidenses, a partir del próximo 10 de abril. Este movimiento, que responde directamente a las políticas de Washington, refleja el endurecimiento del conflicto comercial y anticipa un escenario más hostil para el comercio global.
En este contexto, bancos de inversión como J.P. Morgan comenzaron a sugerir a sus clientes mover parte de sus activos hacia América Latina, argumentando que la región aún presenta oportunidades de valorización frente al desorden global. Sin embargo, en el caso argentino, la fragilidad macroeconómica y la falta de claridad política generan desconfianza entre los inversores.
(Fuente: Ámbito)