Matilde es una paciente que está consulta porque está muy preocupada por los dolores abdominales que padece y por la disminución de peso que tuvo.
Se le realizan diferentes estudios y se recomienda una alimentación indicada por una nutricionista.
En su dieta consumía probióticos hace más de un año, con suplementos y tomaba “algo suave” como describía ella para descansar mejor, ya que no podía dormir de corrido durante la noche. Realizaba musculación tres veces por semana a las 20.30, luego de su actividad laboral y no mejoraba.
Buscaba algo más porque no se sentía mejor y al contrario, cada vez estaba más preocupada. Sus hijos no vivían con ella hacía más de dos años. Es casada, empleada de comercio y tiene a su cargo a su mamá de 78 años,
El motivo de consulta era continuar con más suplementos y sobre su alimentación. Hoy es uno de los temas en que interesa a mucha gente, pero qué sentimientos tenía durante el día, ¿cómo se llevaba con ella y su ambiente? ¿Qué sucede con las hormonas que intervienen en este proceso?
El intestino delgado es la cede de las hormonas del bienestar, pero también es donde más repercuten nuestras emociones, como, miedo, ansiedad, etc.
Lo primero a focalizar en ella es el descanso reparador, porque perdimos muchos buenos hábitos y a veces solemos querer dormir con la facilidad con alguna “pastillita mágica”, que hace dormir pero no descansar.
Cada órgano necesita el equilibrio del ritmo circadiano, es decir sus períodos de descanso y actividad. Estos ciclos pueden ser segundos, minutos, horas, pero se deben cumplir para el buen funcionamiento de cada órgano.
Las hormonas influyen en el metabolismo de la flora intestinal, es así que, pese a que tengamos una excelente nutrición, no tendremos equilibrada la flora si no manejamos niveles de cortisol adecuados.
La actividad física debe estar acorde al equilibrio emocional, esto significa que la musculación es excelente, pero relajar el cuerpo lo es aún más. Primero, reacomodar qué sentimos con lo que hagamos, todo deber ser pensado y no actuar solo por lo que debo hacer para obtener resultas.
Qué disfruto lleva a mejores resultados, la relajación es parte del buen descanso y adecuar las actividades físicas es vital. El cuerpo es uno: salud física y emocional.
Todos nos desequilibramos ante situaciones diarias, pero el tema es saber salir de esa situación con el menor daño posible. Consumir alimentos saludables acompañados de un cuerpo suelto, relajado permite que todo se absorba mejor y que realmente sea beneficioso.
Para estar bien se requieren pequeños descansos en el día, ingerir agua, tener en cuenta la respiración, el movimiento por ejemplo, levantarse y estirarse, caminar, escuchar música con ruidos de la naturaleza; pequeños actos que generan grandes mejoras.
La respiración consciente, profunda y pausada ayuda a equilibrar la homeostasia, que favorece a la flora intestinal. Feliz y bendecida jornada.
Dra. Marcela Campias Whatapp: 3764413607
Av. Tambor de Tacuarí 332








