Siempre trato de relatarles la historia de algún paciente que considero que pueda servirles para sentirse identificados, pero hoy les contaré sobre el placer que tuve yo, al salir a caminar.
Soy poco constante para ir a caminar, pero siempre intento realizar una actividad en el día como ir a la costanera y disfrutar no solo de lo hermosa que está, sino también para ver familias, niños jugando y gente de todas las edades caminando. Es uno de mis grandes placeres que me produce una sensación de bienestar y agradecimiento plenos. Ver a los padres llevando el cochecito, grupos de amigos o amigas y particularmente me crucé con dos espléndidas señoras.
Al principio las vi y dije: “¡qué divinas, amigas!”, y solo las admiré.
Las dos con peso adecuado, postura erguida, rozagantes, de caminar firme y charlando animadamente, me encantaron y pensé: “cómo me gustaría llegar así a los 80”, luego a mi regreso, al verlas nuevamente me animé y les pregunté si les gustaría verse en SextoSentido para animar a otros a disfrutar de cuidarse.
Ellas, más espléndidas aún que en mi primera impresión comenzaron una animada charla. María de 80 años y Poli Walantus de 76. Las hermanas disfrutando.
Ambas docentes jubiladas. María vivió en Puerto Esperanza, se dedicó a la apicultura y a otras actividades productivas además de criar a sus 4 hijos, luego decidió vivir en Posadas y hace dos meses que disfruta de la costanera, y ya es posadeña por adopción.
Poli, sí vivió siempre aquí y me contaban sobre lo bien que ambas están tanto física como mentalmente. Su origen polaco y el cuidado mínimo que antes se tenía de los peligros a la exposición solar despertaron en María el cáncer de piel, para el cual necesitó de algunas cirugías, y por su excelente estado general de salud hoy es solo un recordatorio.
Ahora solamente se cuida cuando se expone al sol, mientras que con su hermana comenzaron a repasar el idioma polaco, nada fácil, con un grupo que comanda Poly, la cual participa de otras varias actividades. Además de ser esposa, madre y abuela, hace sanación pránica, caminatas en la naturaleza con diferentes grupos, incorporan técnicas de equilibrio físico y mental.
También están en constante búsqueda de su crecimiento personal, ninguna toma medicamentos, para nada, no tienen enfermedades ni dolencias, se cuidan física y mentalmente, intentan seguir conociéndose interiormente y no se dejan estar para nada.
Explican respecto a lo bueno que es pertenecer a grupos donde interactúan y se fortifican social y espiritualmente, van a la iglesia y su roca es la familia.
Cumplir años de esta manera, sin estructuras de pensamientos limitantes como: “esto no”, “para qué”, “a esta edad”, “con qué necesidad si no necesito trabajar” o “mañana empiezo, hoy estoy cansada”, descartar todos esos pensamientos dignifica el paso de los años.
Soy feliz y disfruto cuando tengo la suerte de conocer personas que brillan con el paso del tiempo, sin apagarse, al contrario conservan y aumentan su luz, qué ejemplo para todos nosotros, los que tantas veces dejamos para después el cuidado personal y siempre con el deseo y acción cotidiana.
Alimentación física y mental balanceada, qué cantidad de situaciones habrán vivido, pero qué maravillosa vida porque tomaron cada situación como un aprendizaje y hoy miran a los ojos con esa paz y calidez.
¡Qué placer conocerlas! Feliz domingo.