María tiene 58 años y consultó porque consideraba que tenía “mucha medicación para todo”, como ella dice. Desde dolor crónico en la boca del estómago, diagnosticada con gastritis y varias veces realizó tratamientos por colon irritable y artralgias.
Tenía crisis tan fuertes de dolor corporal que le impedían realizar actividades cotidianas. Hace 4 años intenta uno y otro tratamiento, planes de alimentación estrictos, ingiere antiinflamatorios y antiácidos, sumados a planes de antibióticos cada tanto, ya que el “helicobacter” aparece con cada control de endoscopía. Tomó diferentes vitaminas, pero no encontraba nada que le haga bien.
Intentaba hacer actividad física pero le dolía todo y prefiere descansar. Siempre está tensa, entre su trabajo y el hogar, aunque ya está sola porque sus hijos están estudiando afuera y está separada hace 12 años. Pocas veces sale con amigas, es profesora de dos instituciones. Tiene agotamiento psicofísico, quería aumentar sus defensas porque se sentía débil y cansada.
Lo primero que tiene que hacer es conocerse con una serie de ejercicios, hacer un recordatorio escrito de sus actividades y cómo se sentía. Describir su día: con 4 pastillas, un té con galletitas, queso Light. Dentro de sus posibilidades comenzamos con infusiones y compotas enriquecidas.
La clave: aprender cosas sencillas para llevar al trabajo.
Le sugerí realizarse una colonoterapia que consiste en lavajes colónicos. Durante dos o tres días para disminuir toxinas y regenerar la flora intestinal. Generalmente estos tratamientos permiten una limpieza profunda y cuidada del intestino. La limpieza se puede hacer en la casa o con un terapista.
Hay pacientes que manifiestan mejoría solo con desintoxicar los intestinos, en ella fue más lento y sumamos ácido málico y tintura madre para limpieza hepática. El intestino permeable es sinónimo de que todo el cuerpo se intoxica y por ende se inflama, de ahí la importancia de la regulación de la microbióta intestinal, consumir alimentos cocidos favorece la digeribilidad y prepara al intestino para luego introducir lo crudo.
Todo debe hacerse en etapas, evaluando cómo se encuentra la paciente. María tenía muchas oscilaciones en su presión arterial y esto corresponde al desequilibrio hidroelectrolítico del colon irritable, de ahí la importancia del aporte de minerales en grandes dosis, reponer pero luego de limpiar.
Cuando nos apuramos en dar probióticos a veces aumentamos el desequilibrio y por ende la inflamación.
El tratamiento debe ser lento, con cambios en el estilo de vida, desde aprender a tomar el trabajo de manera más enfocada en uno mismo, organización en alimentos, descanso físico y mental.
Comenzar con melatonina y magnesio a la noche, suspender los estímulos, relajarse y descansar mejor. Consumir más proteínas en el desayuno, obviar lácteos y derivados.
Alimentos preparados en casa o viandas saludables ayudan a regular la ansiedad, junto a las infusiones del día en su termo con hierbas como regaliz y artemisa, con cúrcuma, ayudan al proceso inflamatorio.
Aprender a concentrase en su cuerpo, comenzó una actividad con movimientos delicados sin aumentar dolores como el Tai chi, respirar y alongar. Más reposo para evitar la tensión guardada y desequilibrios hormonales como sucede con el cortisol que se mantiene alto en forma continua que aumenta la inflamación del estomago y el colon irritable. Tomar líquidos como agua de mar que es rica en minerales, fue una buena opción.
Luego sugerí unas sesiones de masajes y osteopatía, así con todo María comenzó a recomponerse y disminuir la medicación que la preocupaba. Si logramos conocernos nos podremos cuidar.