El iceberg más grande del mundo, conocido como A23a, se desprendió del vórtice oceánico que lo mantenía sujeto y ahora navega por el océano con dirección a aguas más cálidas.
Frente a esta situación, los expertos buscan saber qué impacto tendrá esto en el ecosistema local.
Este coloso de hielo, con un peso estimado de casi un billón de toneladas y una superficie de 3.600 kilómetros cuadrados, equivalente a 200 veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires, se encuentra ahora a la deriva en el Océano Austral.
Un equipo de científicos del British Antartic Survey (BAS) observó a través de imágenes satelitales que el iceberg A23a se soltó y ahora comenzó su camino hacia el Atlántico Sur.
“Estamos interesados en ver si tomará la misma ruta que otros grandes icebergs que se han desprendido de la Antártida. Y lo que es más importante, qué impacto tendrá esto en el ecosistema local”, apuntó Andrew Meijer, uno de los expertos del BAS.
Se estima que el recorrido será hacía aguas cálidas donde la isla helada se romperá y luego se derretirá.
Características
El A23a tiene placas de 400 metros de grosor, pesa casi mil millones de toneladas y su superficie abarca unos 3.600 kilómetros cuadrados.
Su primer desprendimiento sucedió en 1986 cuando se separó de la plataforma de hielo antártica Filchner. En dicha ocasión el iceberg se quebró en tres trozos y uno de ellos fue catalogado como el A23a.
El doctor en geología y glaciólogo Lucas Ruiz, investigador adjunto del Conicet en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), explicó que lo visible del témpano representa apenas el 10% de su volumen total, ya que el resto permanece sumergido hasta alcanzar el fondo marino.
En octubre de este año, el informe Protecting a Changing Southern Ocean, de la Coalición Antártida y del Océano Austral (ASOC), se sumó a la evidencia científica creciente y alertó sobre las “anomalías sin precedentes” que enfrentan la Antártida y el Océano Austral, con temperaturas récord, olas de calor marinas más frecuentes y un deshielo acelerado. Estas conclusiones coincidieron con reuniones clave sobre conservación de los recursos del planeta, como la COP16 en Colombia.
¿El iceberg A23a se desprendió por el calentamiento global?
El cambio climático pudo haber influido en el movimiento del iceberg A23a, que se encuentra en un estado de deterioro evidente. Las temperaturas más cálidas, tanto del aire como de las aguas superficiales del océano, fueron desgastando sus bordes, aunque su parte central permanece relativamente intacta, dijeron los investigadores británicos.
En tanto, Ruiz consideró que hace falta más investigación para determinar si el aumento de la temperatura provocado por el calentamiento global es la causa del desprendimiento de este témpano gigante, o si, en el caso de A23a, se trata del proceso natural de vida de los icebergs, que a medida que se desprenden de la plataforma antártica, navegan hacia aguas más meridionales.
Su masa, alguna vez colosal, está disminuyendo a medida que avanza hacia zonas más cálidas alejadas de la Antártida, un viaje que, según los expertos, acelerará su desintegración.
Fuente: Infoveloz/Infobae.