Francia vive un momento histórico y de alta tensión política tras la destitución del primer ministro Michel Barnier y su gabinete por un voto de censura en la Asamblea Nacional. Con 331 votos a favor de la moción, el Parlamento puso fin al mandato más corto de un jefe de gobierno en la historia de la V República, desencadenando una crisis política sin precedentes.
La censura fue impulsada por una inusual alianza entre la ultraizquierda de la Francia Insumisa y la ultraderecha del Reagrupamiento Nacional, liderada por Marine Le Pen. Ambos bloques, que suman 332 diputados, superaron con holgura los 289 votos necesarios en una Asamblea sin mayoría absoluta, convirtiendo el sistema parlamentarista en el epicentro del poder.
El detonante de esta movida política fue un polémico presupuesto presentado por Barnier para abordar el déficit y reformar la seguridad social. Desde las 16:44, un intenso debate marcó la jornada. Eric Coquerel, de la Francia Insumisa, abrió la sesión defendiendo la moción como una exigencia del pueblo: “La mayoría está detrás de esta moción que yo porto”, afirmó.
Por su parte, Marine Le Pen calificó al gobierno como “una ilusión óptica”. “El presupuesto tomó de rehén a Francia”, denunció, asegurando que su voto buscaba poner fin al caos.
Respuestas y despedida de Barnier
El primer ministro, visiblemente emocionado, defendió su gestión en un discurso final cargado de simbolismo. “Francia atraviesa una crisis profunda, moral, cívica y económica”, declaró. Además, cuestionó a Le Pen, afirmando: “No tenemos la misma idea de soberanía ni patriotismo”.
Barnier abandonó el Palacio de Matignon tras recibir una ovación, pero dejó en claro que las consecuencias de esta decisión serían graves: “La deuda permanecerá ahí, y esta moción solo agravará la situación”.
Un gobierno en vilo
Mientras tanto, el presidente Emmanuel Macron regresaba de urgencia de Arabia Saudita, debilitado y bajo la presión de nombrar un nuevo primer ministro en menos de 24 horas.
Todo esto ocurre en un momento crucial, con la llegada inminente de Donald Trump y 50 líderes mundiales para la reinauguración de la catedral de Notre Dame.
(Fuente: Clarín)