El pasado jueves en el Tribunal Penal de Oberá, había un debate pactado para juzgar a un hombre que había asesinado a otro. Antes de sentarse en el banquillo decidió abreviar el juicio y ahora aguarda que los magistrados homologuen el acuerdo al que llegó con la fiscalía.
Se trata de Nelson Fernández (48), acusado del asesinato de Cristian Díaz, un joven de 23 años al que le disparó en el tórax en septiembre del 2020.
Estaba imputado por los delitos de “homicidio en exceso de la legítima defensa” y “portación ilegal de arma de guerra”. Un día antes del juicio reconoció haber sido el autor del disparo que mató a Díaz y la responsabilidad penal que le cabía.
El representante del Ministerio Público Fiscal como subrogante, David Ezequiel Augusto Milicich, llegó a un acuerdo con el acusado y su defensor para que acepte una pena de cinco años de prisión por el caso que se le imputaba.
Fernández firmó el acuerdo y el mismo será presentado a las autoridades del Tribunal Penal obereño. En caso que estén de acuerdo con el mismo, pasarán a homologarlo y así se formalizará la condena.
En caso del visto bueno, el acusado que llegaba libre al juicio, pasará a ser detenido y alojado en una Unidad Penal para que cumpla la sentencia. Esto se debe a que si bien al comienzo de la instrucción estuvo privado de su libertad, el tiempo no fue el suficiente y por ello deberá completar el lapso legal a partir del cual podría solicitar salidas transitorias y la libertad condicional.
Según la investigación, a las 20.30 del 12 de septiembre del 2020, Nelson Fernández se cruzó con Cristian Díaz en la zona de Paraje Torta Quemada, jurisdicción del municipio de 25 de Mayo.
Tenían una enemistad previa y Díaz había querido agredirlo para sanjar una vieja disputa, pero no contaba con que Fernández andaba “calzado” con un revólver Colt Police Positive Special calibre 38. Le disparó y se fue del lugar para dirigirse a su casa a buscar algunas cosas y darse a la fuga, según la hipótesis de los investigadores.
A todo eso Díaz había sido socorrido y trasladado al hospital. Estaba con vida y alcanzó a decir quién le había disparado. Los médicos del hospital de Oberá intentaron salvarle la vida, pero la lesión del proyectil con orificio de salida por la espalda le hizo perder mucha sangre y murió a las 1.15 del día siguiente.
Una comisión policial llegó a la vivienda de Fernández y lo detuvo justo cuando estaba por salir de la vivienda. Entregó voluntariamente el arma con la que efectuó el disparo.