Marta Márquez y José Escalante, padres de Lucas, de 30 años, alzan la voz y piden justicia tras la trágica muerte de su hijo en la comisaría de Concepción de la Sierra, donde estuvo preso e incomunicado durante 11 días. Según denuncian, el joven fue víctima de torturas que terminaron con su vida. Este miércoles, junto a otros familiares y amigos del mecánico, se congregaron en la plaza 9 de Julio de Posadas para pedir justicia.
“Vengo a pedir justicia por la muerte de mi hijo”, expresó la madre de Lucas. Según su relato, mientras Lucas estuvo detenido, fue sometido a torturas físicas: “Le ponían una bolsa en la cabeza, le tiraban agua, le pegaban, y no le llevaban comida. La Policía no permitía que ningún familiar lo viera porque ya estaba todo golpeado”.
Cuando la familia recibió el cuerpo del joven, el panorama era devastador: “Tenía el cráneo roto, la espalda marcada, las piernas, los brazos, la nariz y la oreja lastimados. Lo masacraron a golpes”, relató la madre entre lágrimas.
Según la familia, Lucas fue detenido tras una discusión con su pareja. La hermana menor de ella llamó al 911, la Policía ingresó al domicilio, lo esposó y se lo llevó detenido. Desde ese momento, comenzó el calvario. “Lo golpearon desde el principio y lo dejaron incomunicado. Incluso, una madrugada, lo llevaron al hospital porque gritaba de dolor, pero el médico de guardia se negó a atenderlo debido al estado crítico en el que estaba. Luego, lo devolvieron a la comisaría”, denunció Marta.
En los días posteriores, un compañero de celda intentó pedir ayuda por Lucas: “Pedía a gritos que lo atendieran, que mi hijo estaba agonizando. Los policías se acercaron, pero solo para burlarse de él. Finalmente, mi hijo falleció alrededor de las 4 de la madrugada”, recordó su madre.
El padre de Lucas, José Escalante, agregó que hay testigos que podrían contar lo que ocurrió dentro de la comisaría, pero tienen miedo de hablar. “Los policías los amenazaron para que no digan nada. Y nosotros también estamos siendo amenazados. Pasan por nuestra casa todo el tiempo, nos intimidan, y hay un policía, Sosa, que anda armado y amenaza directamente a nuestra familia”, denunció.
La familia también denunció irregularidades en la autopsia del cuerpo médico forense, que determinó la causa de muerte como “muerte natural”. “Mi hijo era un chico sano, nunca estuvo enfermo ni internado. No aceptamos ese informe porque su cuerpo estaba destrozado. Pedimos una nueva autopsia, pero no contamos con los recursos para hacerlo. Somos una familia humilde y por eso estamos aquí pidiendo ayuda”, declaró Marta.
Además de la verdad sobre la muerte de Lucas, los padres exigen protección para ellos y para los testigos. “La Policía está para protegernos, no para matarnos. No queremos que esto quede impune y que otras madres tengan que pasar por lo mismo”, concluyó Marta, con un llamado a la sociedad para que se sume al pedido de justicia.
Ante la pregunta, Marta sostuvo que el caso de Lucas no es el único “hay muchos casos muchos casos y las madres no hablan porque tienen miedo pero yo no tengo miedo, yo vengo a hablar y vengo a pedir justicia por mi hijo porque me arrancaron a mi hijo me mataron a mi hijo y el día mañana va a seguir pasando esto si nos callamos la boca”.
“Estamos destruidos como familia. Yo no puedo comer ni dormir, y sufro de presión alta. Tengo miedo de que mi salud se deteriore más por lo que estoy viviendo. Me arrancaron a mi único hijo, y dejó un bebé de cinco meses, del cual ahora nos estamos haciendo cargo”, expresó Marta, con la voz quebrada por el dolor.
Dudas sobre la autopsia oficial
La autopsia inicial indicó que Lucas falleció por “muerte sin signos de violencia”, pero la familia rechaza esta conclusión. “Mi hijo era un chico sano y fuerte, nunca había estado internado ni enfermado. Sin embargo, su cuerpo estaba lleno de golpes: el cráneo reventado, la espalda, piernas, brazos, orejas y nariz moreteados. Pedimos que se haga una nueva autopsia para saber la verdad”, explicó Marta.
La autopsia a Lucas José Escalante, el detenido de 30 años que falleció en una de las celdas de la comisaría de la localidad de Concepción de las Sierra murió por “causas naturales por una cardiopatía congénita, sin signos de violencia”, según lo reveló ayer la autopsia médico legal a cargo de los forenses.
La familia asegura que no cuenta con los recursos económicos necesarios para contratar a un abogado o un médico que realice una segunda autopsia. Por eso, solicitan colaboración: “Somos una familia humilde, pero queremos que la muerte de Lucas no quede impune. Pedimos ayuda para encontrar justicia”, agregó José.
El miedo de los testigos y las amenazas recibidas
Los padres de Lucas afirmaron que existen testigos que podrían confirmar los apremios sufridos por el joven en la comisaría, pero que tienen miedo de hablar. “Hay muchos testigos, pero la Policía los amenaza para que no declaren. Por eso también pedimos protección, porque tememos por nuestra seguridad”, señaló José.
Las amenazas hacia la familia son constantes. Según denunciaron, uno de los policías involucrados, identificado como “Junior”, y su padre, que también es policía, intimidan a los Escalante. “El papá de Junior anda armado y amenaza a mi familia. Este hombre no debería estar en la vía pública con un arma, intimidando a la gente. Pedimos que esto se detenga, porque si queda impune, seguirán haciendo lo que quieran”, denunció Marta.
La familia Escalante exige que se investigue a fondo lo ocurrido con Lucas y que se tomen medidas concretas para garantizar la seguridad de quienes pueden aportar información. “Pedimos justicia por Lucas, que se haga una nueva autopsia y que se investigue a los responsables. También pedimos protección para nuestra familia y para los testigos, porque tenemos miedo de que esto empeore si no se toman medidas”, concluyó Marta, mientras instaba a la sociedad y a las autoridades a no dejar que este caso quede en el olvido.