“Escuchamos muchos ataques injustos al empresariado nacional. Hoy quiero reivindicar al industrial, que es un sobreviviente a un constante proceso de cambio. Somos nosotros los empresarios, que generamos empleo y pagamos los impuestos y sostenemos el Estado. Queremos respeto”… la apertura de la reunión anual de la Unión Industrial Argentina tuvo un claro destinatario y una evidente intención.
Frente a la apertura de las importaciones y el desaire del Gobierno con las inasistencias del Presidente y el Ministro de Economía, los industriales argentinos comienzan a plantear una agenda de crisis que no exhibían hasta que el tándem Milei-Caputo decidió facilitar la llegada de productos del exterior.
Es así que a la gran masa de pobres que esperan soluciones prácticas de la macro a la economía real, se suman ahora los empresarios industriales, que ven cómo aquel plan que apoyaron hasta hace algunas semanas atenta ahora contra la débil estabilidad del sector.
La crisis entra entonces en una nueva fase en la que casi nadie, excepto la casta, está a salvo.