Mientras el juez de la causa aguarda que la policía envíe el sumario para indagar al joven acusado de hacer amenazas de bomba en un colegio capitalino, los investigadores buscan identificar a otro sospechoso, señalaron fuentes del caso.
El hecho se registró el pasado lunes a las 10, cuando al menos dos llamados advirtieron en la dirección del Santa María que un explosivo estaba a punto de detonar.
De inmediato las autoridades comenzaron a evacuar el establecimiento educativo, ubicado en el microcentro (calles Buenos Aires y Bolívar).
El objetivo fue poner a resguardo lo antes posible a directivos, docentes y alumnos del colegio religioso.
La policía revisó las distintas dependencias del lugar, hasta descartar la presencia de algún artefacto explosivo. Finalmente se determinó que se trató de una falsa amenaza.
Mientras esto sucedía, efectivos de la Dirección Cibercrimen y de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC) del Superior Tribunal de Justicia, rastrearon y ubicaron las líneas de dónde se hicieron las llamadas anónimas.
Fue así que se estableció que habrían sido realizadas desde el teléfono celular de un alumno de quinto año, pero de otro establecimiento privado (el Instituto San Basilio Magno) y que aseguraba que la “bomba iba a explotar”.
El sospechoso fue trasladado a la comisaría Primera en el barrio Villa Sarita, que intervino por jurisdicción y se le notificó que aguardará en su domicilio la citación a ser indagado.
El teléfono celular de donde salieron las llamadas amenazantes está siendo analizado por los peritos, con el objetivo de obtener evidencias concretas.
De este aparato habrían salido dos llamados directos al Centro Integral de Operaciones 911 de la Policía en los que un muchacho alertaba la presencia del explosivo a punto de desatar una tragedia.
Tras cotejar los números registrados, determinaron que uno correspondía al joven bajo sospecha y que del mismo se habrían realizado durante las últimas semanas, al menos diez amenazas similares.
Lo sucedido es investigado por el juez de Instrucción 7, Miguel Mattos, quien aguarda para las próximas horas el sumario con las actuaciones de la comisaría Primera.
Con las evidencias e informes llamaría a indagar al adolescente que podría ser imputado por “intimidación pública”, delito previsto en el artículo 211 del Código Penal Argentino con penas desde los dos a los seis años de prisión.
Sin celular en la escuela
Tal como adelantó ayer este Diario, directivos del Instituto San Basilio Magno decidieron que ayer los alumnos del nivel secundario bajo su responsabilidad, no pudieran utilizar en el horario de clases “teléfonos celulares y dispositivos electrónicos personales dentro de las instalaciones del Instituto”.
Según la orden a cumplir deberán “entregarlo al preceptor para su resguardo hasta el horario de salida. Si es encontrado utilizando el celular u otro dispositivo sin autorización o en forma indebida, se mantendrá el dispositivo en resguardo bajo constancia escrita”, y será el padre, madre o tutor quien lo pueda retirar.