Conciencia expandida es poder abarcar todo en amor. Sí a ¡Todo! Lo aparentemente bueno, lo aparentemente malo porque todo es y forma parte.
Todo estaba cuando llegamos y todo quedará cuando partamos, solo estamos de paso para aprender, experimentar, compartir, y si logramos trascender los opuestos, desarmar el ego y mirar con amor, seremos bendecidos con la paz de comprender que todo es perfecto tal y como es. ¡Así es!
Las situaciones de conflicto, opuestos enfrentados e incomprensibles son parte de la experiencia que necesitamos atravesar para llegar al amor.
Son como un koan zen. Son esas frases o escenas ridículas e incomprensibles que te llevan a un nuevo punto de inicio y de comprensión cuando podemos soltar nuestro punto de vista estrecho y limitante.
El campo de experiencia que es tan vasto, está disponible para cada uno de nosotros si nos adentramos con humildad asintiendo a la realidad tal y como es. Ese es el preciso momento en el cual podemos trascender hacia lo más grande donde solo anida la perfección y el amor de la existencia.
Cuanto más practiquemos ese asentimiento y esa rendición por más tiempo podremos quedarnos en ese amor que todo lo abarca. Primero serán segundos, segundos que nos dejarán con el anhelo de más, así paulatinamente podremos ir comprendiendo el mecanismo de renuncia activa que será la puerta de entrada a una nueva dimensión.
Estar en el mundo sin ser de él, de eso se trata. Que no te atrape la ilusión de la injusticia. Que no te atrape la ilusión de la venganza. Solo son experiencias perfectas para cada uno de nosotros.
Crece en amor y tu realidad se transformará. Crece, expande y multiplica amor en tu entorno. No mires hacia atrás, puede ser que te conviertas en una estatua de sal. Cada uno tiene su propia experiencia. Quizás sea el dolor que necesitemos para transformarnos totalmente en amor.
Solo espera. Simplemente observa y ayuda a quien te pida porque quien pide está dispuesto a transformarse. Si das y no es el momento quizás solo retrases el aprendizaje del otro.
Ama, ámate, resuena en amor y sé como un faro de luz, una columna de conciencia donde sea anide la paz en tu corazón para derramar en tu entorno a través de tu mirada. Esa mirada que ve más allá de lo que se ve. Esa mirada que es de amor. Esa mirada que es la visión de lo que fue, lo que es y será.
Siempre mantente pura en tu corazón y la presencia no te abandonará, como nunca abandona a los que sirven y a los se dan desinteresadamente a los demás.
Patricia Couceiro
Máster en Constelaciones
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