La salida de Diana Mondino por su voto en contra del embargo a Cuba y en contra de Estados Unidos, principal socio del Gobierno libertario, fue el epílogo de una jornada que volvió a estar marcada por los recambios. Mondino estaba más fuera que dentro desde hace meses. A su Cancillería le fueron quitando atributos y protagonismo y es la propia secretaria presidencial, Karina Milei, quien asumió las riendas de la diplomacia argentina en el terreno.
Quizás lo que llama la atención en este caso es que el Gobierno estaba informado sobre el carácter del voto que Mondino iba a ejercer ante la Asamblea de la ONU y, sin embargo, no cambió el rumbo.
Con todo, la primera “salida” del día fue la de la subsecretaria de Gestión Administrativa de la Secretaría de Niñez y Familia, que depende del Ministerio de Capital Humano, que todavía recibe esquirlas por los alimentos que permanecieron guardados en los galpones. Constanza Cassino presentó ayer temprano la renuncia a su cargo, horas después de que trascendieran gastos por la compra de una cafetera por cerca de dos millones de pesos y la contratación para un evento de un servicio de catering por otros 3 millones de pesos.
En el medio de ambas salidas todavía se evalúa lo que pueda pasar con la extitular de la AFIP y futura de ARCA, Florencia Misrahi. Sucede que existen versiones cada vez más fuertes sobre que anticipó su renuncia luego de la intempestiva disolución anunciada en Casa Rosada del organismo recaudador.
La forma desordenada que adoptó el cambio estructural dispuesto por el Gobierno es tal que se eligió el mismo nombre (ARCA) que lleva la Agencia de Recaudación de Catamarca con la que ahora negocian el dominio arca.gob.ar. El intento de suicidio de un empleado de la AFIP que, entre otras cosas, adujo la pérdida de su puesto; el abrupto recorte salarial; la permanencia de funcionarios polémicos; y el desgaste en la relación con el personal luego de que se confirmara su continuidad en ARCA, impulsarían a Misrahi a sopesar su salida, algo que Luis Caputo se apuró a descartar ayer, pero que cobra fuerza conforme pasan las horas.