Entre los muchos aspectos que quedan por resolver de la horrible herencia que recibió Javier Milei y de los problemas que se autogeneró a partir de su inconsistente campaña rumbo a la Casa Rosada, comienza a cobrar relevancia uno del que poco se había hablado hasta ahora. Y es que con la inflación como primera preocupación y la pobreza como nueva manifestación de interés social, muchas de las promesas de campaña pasaron a un cuarto, plano. Pero con la macro “quieta” y los precios atados con “correa”, afloran ahora los problemas asociados a la producción.
A propósito, la Unión Industrial Argentina (UIA) advirtió ayer sobre la necesidad de reducir el “costo argentino” para producir con el fin de mejorar la competitividad y reclamó la aprobación de una “ley PyME” para potenciar al sector fabril pequeño y mediano.
“La industria argentina tiene una productividad que se encuentra por encima del promedio de América Latina, pero en términos de competitividad el país ocupa el puesto 66 de 67 países”, alertó la central fabril en un informe.
El Gobierno deberá enfocarse en sostener las victorias pírricas que consiguió hasta el momento y atender a su plataforma de campaña para evitar seguir alejándose de las ideas originales.