“El esquema de tarifas es un misterio que se va develando y hace difícil los pronósticos. Parece que los funcionarios miran el índice de cada mes/semana y con ello deciden”. Juan Luis Bour, economista en jefe y director de FIEL, describe así lo que mes a mes se advierte en las facturas por servicios.
“No es muy sofisticado, y con dudoso modelo adaptativo al humor, más que al funcionamiento transparente y previsible de los mercados”, agrega.
La realidad es que, más allá del relato de precios libres y competitivos, este Gobierno apela a los mecanismos que usaron las otras administraciones como la regulación de precios para cuidar los índices sociales más sensibles como el de la inflación.
El éxito de esta gestión usando de a ratos las mismas herramientas de los que fracasaron antes todavía está por verse. No es que la inflación bajó al 3,5%, sino que fue de 3,5% contra salarios que no subieron al mismo ritmo mensual.
La macroeconomía parece darle la razón al oficialismo, pero de la macro se sirve esa pequeña porción de los que más tienen. Es en la microeconomía donde hay millones de argentinos esperando a ver los resultados prometidos.
Algunos de esos objetivos ya mutaron. Ya no habrá dolarización, el Banco Central seguirá ahí donde está, el peso ya no será un excremento y la casta, eso que dicen odiar, ahora está de su lado cuando hay que vetar y juntarse a comer asado.









