Con la llegada de la campaña de servicio, los productores ganaderos enfrentan un desafío crucial: asegurar la salud y productividad de su rodeo. En este contexto, la sanidad del ganado no solo es una prioridad, sino que es directamente proporcional a los índices de preñez, un factor determinante en la rentabilidad del establecimiento.
Aquí es donde los planes de vacunación juegan un papel fundamental. Sin embargo, no todos los planes de vacunación son iguales, ni deberían serlo. “Cada rodeo presenta particularidades que requieren un análisis detallado y personalizado, idealmente bajo la supervisión de un médico veterinario”, destacaron desde el Laboratorio del Centro Diagnóstico Veterinario (CDV).
Los expertos coincidieron en que las campañas de vacunación deben planificarse con al menos 60 días de antelación, para garantizar que los animales estén en óptimas condiciones durante el servicio. Un diagnóstico preciso del estado sanitario del ganado es esencial para adaptar los planes a las necesidades específicas de cada rodeo, evitando así pérdidas innecesarias y asegurando los mejores resultados reproductivos.
Axel Mauhourat, Técnico Veterinario del Laboratorio CDV en la zona de Buenos Aires Sur, afirmó que el mayor desafío es poder transmitir la información a los productores y lograr que inviertan en biológicos. “Esa inversión, a la larga, se reflejará en una mejora en los índices de preñez”.
“El objetivo de las campañas de sanidad pre servicio es inmunizar a los rodeos de madres contra enfermedades abortivas que afectan la preñez. Es clave aplicar las vacunas 30 días antes del servicio para garantizar una adecuada concentración de anticuerpos en las vacas. En las vaquillonas, recomendamos administrar una doble dosis entre 30 y 60 días antes del entore”, agregó Mauhourat.
Por su parte Santiago Córdoba, técnico Veterinario de CDV del NOA, expresó que la ventaja es anticiparse y llegar con un rodeo con la máxima protección a los momentos críticos donde las enfermedades afectan los índices reproductivos y productivos. “El mayor desafío es establecer un plan sanitario que sea práctico, eficiente y rentable. También es crucial identificar las causas de las pérdidas y contar con una opinión profesional para actuar ante problemas, un rol fundamental que hoy cumplen los laboratorios de diagnóstico”.
A modo de ejemplo, en la región NEA-Litoral, el destete en rodeos de cría es solo del 55%, y en el norte de Santa Fe apenas llega al 46%. Esto se debe, en gran parte, a problemas de sanidad en los toros, principales diseminadores de enfermedades venéreas como la tricomoniasis y campylobacteriosis, que pueden reducir los índices de preñez entre un 15% y 25%.
Esto genera más terneros concebidos hacia el final del servicio, lo que resulta en animales más livianos y menos rentables, y un mayor número de vientres vacíos que deben venderse por su baja productividad.
El técnico veterinario del Laboratorio CDV presente en la zona del Litoral, Guillermo Fossatti, afirmó por su parte que es un error pensar que más vientres significan más terneros. “La clave es ser más eficientes, logrando más terneros con las mismas vacas. Para ello, es fundamental estacionar el servicio, realizar controles sanitarios a los toros y aplicar un plan adecuado para todo el rodeo. La prevalencia de enfermedades como IBR y DVB es de un 80-90% a nivel nacional, y la única herramienta efectiva contra estos virus es la vacunación. Además, no debemos olvidar la leptospirosis y brucelosis, causas importantes de abortos y enfermedades zoonóticas”.
Lo que indican los números
Este grupo de expertos realizó un análisis de impacto económico basado en las experiencias de los productores a los que asesoran: en un rodeo de 1.000 vacas sin tecnología, se destetan 600 terneros, mientras que en uno que sí la aplica, se logran 750.
Si cada ternero pesa en promedio 170 kg y el precio por kilo es de $2.500, cada ternero tiene un valor de $425.000. Al multiplicar esa cifra por los 150 terneros de diferencia, hablamos de unos 64 millones de pesos, lo que equivale a una camioneta tope de gama 0 km.
Además, el costo de la dosis de CDVac Reproductiva Plus es de alrededor de $1.000, lo que significa que con un solo ternero se puede cubrir la vacunación de 425 vacas con una dosis.
Por su parte, por cada día que una vaca lechera no se preña, considerando un IPC (Intervalo Parto-Concepción) de 110 días, se pierde entre 4 y 6 dólares por día por vaca. Esto aplica a vacas que producen un promedio de 25 litros diarios, con una producción total por lactancia de entre 7.000 y 8.000 litros.
Mermas de productividad
Diego Delseggio, técnico veterinario del Laboratorio CDV presente en la zona de Mesopotamia, marca dos instancias de merma de productividad que son claves para comprender cómo disminuir el impacto: Las mermas en la producción se deben principalmente a problemas reproductivos y sanitarios.
Durante el periodo de preñez a parición, pueden presentarse pérdidas del 4-5%, causadas por enfermedades como Trichomonas, Campylobacter, Brucelosis, IBR, DVB y Leptospirosis.
Después, desde la parición hasta el destete, se acepta una merma del 2-3%, debido a problemas como diarrea neonatal, clostridiales y neumonías. Con un buen diagnóstico, un plan sanitario adecuado y vacunas preventivas, como las que ofrece CDV, se pueden reducir estas pérdidas y mejorar la eficiencia productiva.
Diversas necesidades
Nicolás Palacio, es médico veterinario y jefe del Servicio Técnico Nacional e Internacional en el CDV y señaló que desde Centroamérica hasta el sur argentino, la geografía y el clima varían considerablemente, lo que implica que el manejo de los rodeos, o hatos como se los llama en algunas regiones, sea muy diverso.
“Esta diversidad también se refleja en la incidencia de enfermedades; algunas son más prevalentes en ciertas zonas y casi inexistentes en otras, lo cual está estrechamente ligado a la capacidad de diagnosticar y encontrar la causa raíz de los problemas”, afirmó.
Palacio explicó que “en Argentina, Uruguay, y algunas zonas de Brasil, el inicio de la época de servicio reproductivo es similar debido a las condiciones climáticas y al biotipo de los animales. Además, en estos países, existe la ventaja de contar con laboratorios de diagnóstico accesibles para profesionales y productores”.
Sin embargo, agregó que, en otras regiones como Paraguay, Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela, Nicaragua, y Costa Rica, donde CDV está presente, el manejo es muy diferente debido a la ausencia de estaciones marcadas. “En estos lugares, los servicios de cría se realizan durante todo el año”.
Palacio destacó la importancia de la vacunación en la región, afirmando que, aunque el uso de vacunas reproductivas aún está subutilizado, su adopción está aumentando, especialmente en las lecherías, que suelen llevar registros productivos detallados.
“En nuestras recorridas, hemos visto rodeos que mejoran entre un 10% y 15% sus índices de preñez al incorporar vacunas reproductivas y hacer un diagnóstico de las vacas vacías”, explicó.
También señaló que, en muchos países donde no existen laboratorios de diagnóstico especializados, “las herramientas preventivas, como las vacunas, son la única opción disponible”.
El CDV se enfoca en la capacitación de personal de campo y en el acompañamiento de asesores veterinarios para implementar planes sanitarios adecuados a cada situación.
Finalmente, Palacio advirtió sobre la reaparición de algunas enfermedades en la región, como la brucelosis, que debería ponernos en alerta, subrayando la importancia de las vacunas reproductivas para proteger al ganado de enfermedades como IBR, DVB, Leptospira y Neospora.