“El comando PCF llegó para destruir la frontera, no es de ellos la zona, la frontera será mía”. De acuerdo a las escuchas telefónicas que permitieron que Néstor Fabián Rojas, “El Negro”, fuera investigado, enjuiciado y condenado a prisión perpetua, esta es una de las tantas afirmaciones que el misionero lanzó entre 2017 y 2020.
El PCF, el Primer Comando de la Frontera, es una de sus “criaturas”, una organización que emuló al Primer Comando de la Capital, el cartel narcocriminal de San Pablo, Brasil y del que aseguró Rojas era uno de sus miembros integrantes.
“El PCF acordate, los va a marcar el resto de su propia vida, del resto de su corta vida”, le gritó a Tamara Maciel (condenada en juicio abreviado) la mujer que se comunicaba y a quien le daba las órdenes para determinar cantidades de droga, dinero, rutas, días e integrantes de los convoyes para escoltar camiones cargados de ladrillos de marihuana prensada que debían cruzar el río Paraná envueltos en cinta plástica azul y con el sello pegado del PCF, además de su obsesiva imagen del dragón circular que se come la cola.
Cuando el 23 de noviembre de 2020, Rojas y subalternos (de acuerdo a lo surgido en el juicio ante el Tribunal Federal de Posadas) se enteran que en Bella Vista, Paraguay, fue interceptado un camión con semirremolque cargado con diez toneladas de marihuana de sus ladrillos a pedido, la bronca fue aún mayor y desde su lugar de detención en la prisión de Ezeiza bramó irascible: “Esto recién empieza, van a pagar uno por uno lo que me hicieron (…) Ya se los dije, lo peor que hicieron fue no haberme matado”.
El último golpe al PCF que enfureció a Rojas, le hizo perder el nuevo objetivo de ingresar con mayor presencia en suelo bonaerense. Con la complicidad de Pablo Campos Retamar (54) a su lado en el complejo penal de Marcos Paz, alquiló un galpón en la localidad de Paso del Rey y allí detrás de la fachada de un comercio de bebidas al que lo denominó “Distribuidora Norte”, tenía pensado poner la base para recibir y distribuir las diez toneladas que no llegaron a cruzar el río en Misiones.
Pocos días después, intentó transportar 20 kilogramos de cocaína procedente de Ciudad del Este en mochilas y dos motocicletas. Fueron interceptados por un control de Gendarmería.
El viernes pasado, Rojas dio sus últimas palabras al Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Posadas: “Mis derechos fueron avallados, yo fui desarraigado y me tienen detenido acá en Buenos Aires. Soy inocente”. Fue claramente breve en contraste con las cuatro oportunidades que solicitó declarar durante las trece audiencias que necesitó el juicio.
“El Negro” Rojas continúa acusado por el “Doble crimen del Acuerdo” (diciembre 2015), que tuvo como víctimas a Sebastián Vega y Dario Ibarra en Posadas, también acribillados a balazos y presuntamente por los mismos problemas que Cantero, haber roto su confianza y poner en riesgo su liderazgo.
La causa a cargo del juez de Instrucción 3, Fernando Luis Verón, hoy no tiene detenidos porque los plazos de prisión preventiva vencieron (tres años) pero sigue camino a debate.
El juez Verón también fue mencionado por Rojas en sus amenazas en mayo de 2020: “Hay que matar al hijo de puta ese”. Los mensajes surgieron de la detención a Luis Baden, ladero de Rojas, y del allanamiento a la vivienda que alquilaba sobre calle Nazareno. Se secuestraron once celulares con el plan en marcha y se hallaron ropa de la Policía Federal Argentina, además de un FAL, municiones y varias pistolas.