Matías Sequeira es el protagonista de una nueva historia que promete promover la inclusión de personas con Síndrome de Down en el ámbito laboral privado de la capital misionera. A sus 33 años, comenzó a trabajar hace algunas semanas en la estación de servicio YPF de Posadas, ubicada en la intersección de Av. Tambor de Tacuarí y Monseñor de Andrea. PRIMERA EDICIÓN dialogó con los encargados del lugar y personas que acompañan en el proceso diario de su inclusión en las diferentes tareas del lugar.
Paolo Verino, dueño de la empresa Verino SRL, se mostró contento por este paso significativo y aseguró que busca que esto se replique en otras empresas. “Para nosotros es una gran experiencia, una experiencia que tardó un año aproximadamente en poder prepararnos para recibir a Matías con nosotros. Requiere una preparación tanto del equipo de playa de trabajo como de nosotros, para que la experiencia sea buena para todos”, explicó Verino.
La decisión de contratar a Matías no fue casual. Betiana Ferrari, empleada de la empresa y madre de una niña con Síndrome de Down, fue quien impulsó la idea. En colaboración con la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA)y profesionales que realizaron un trabajo interdisciplinario, acercó la propuesta, y la respuesta fue positiva desde el primer momento.
“Fue una gran idea que vino de Betiana. Ella estaba vinculada con profesionales a nivel nacional y provincial, y nos hizo la propuesta. Para nosotros fue algo muy importante y seguimos avanzando hasta dar ese paso”, recordó.
El impacto en el día a día de la estación fue notable. “Matías le da más alegría, más ganas a todos. Genera esa energía que es muy buena para el trabajo. Él siempre llega con alegría, te saca una sonrisa, siempre tiene algo para decirte que te cambia el día”.
Buscan que la historia de Matías sea el puntapié para que se replique. Verino expresó su deseo de que esta experiencia sirva como ejemplo para otras empresas, para que consideren la inclusión de personas con Síndrome de Down en sus equipos. “Entiendo que somos una de las primeras empresas en tomar este camino. Nuestra intención es que se haga eco, que otras empresas lo vean y lo repliquen. Matías es una persona con mucha capacidad. Lo estamos viendo como una persona responsable, que tiene un sueldo, obligaciones dentro de la empresa. Queremos demostrar que hay que cambiar un poco el paradigma y la visión de lo que significa tener síndrome de Down”, afirmó Verino.
Jugador de Tenis de Mesa y “fana” de Boca
Además de su nuevo trabajo, a Matías le gusta el fútbol, hincha de Boca y es un gran jugador del Tenis de Mesa misionero. Hace algunos días fue a competir a Córdoba en un torneo nacional, quedando en segundo puesto y vistiendo los colores de la tierra colorada. Durante la charla, Matías se mostró muy contento y agradecido con sus compañeros, aseguró que su familia está muy feliz por su nuevo trabajo.
“Estoy en el depósito, cargando los bidones, acomodando las cosas. Estoy contento, tengo “mi platita”. Está Matías, César y Paolo, estoy en la playa con ellos, estoy haciendo la puesta a punto. Juego tenis de mesa y quedé segundo, viaje a Córdoba”, expresó ante las cámaras de PRIMERA.
Victoria Valleau, responsable de Recursos Humanos en la empresa, relató el proceso que llevó a Matías a sumarse al equipo. “Viene de una selección que hicimos para darle a los chicos la posibilidad de entrenarse. Esto fue ayudado por ASDRA, que nos facilitó los candidatos, quienes ya estaban entrenados previamente en las tareas y la verdad que todo salió muy planificado.”
Para que Matías pudiera desempeñarse adecuadamente, fue necesario realizar una serie de ajustes en las tareas que debía realizar. “Tuvimos que empezar a enseñarle todo lo que hacemos en la estación y adecuar las tareas que él iba a poder realizar con tranquilidad, de acuerdo a su ritmo de aprendizaje”, añadió. Este proceso, que comenzó alrededor de marzo o abril, fue acompañado de una selección cuidadosa del candidato, con la premisa de que también estuviera interesado y comprometido con el trabajo.
Asimismo agregó: “Estamos muy agradecidos con la familia de Matías, que se comprometió mucho. Él hoy tiene alguien que lo trae y alguien que lo busca, es toda una logística que se armó para que pueda estar con nosotros y seguir creciendo”.
La alegría del día a día
La inserción laboral de Matías ha sido un proceso que no solo implicó aprendizaje para él, sino también una oportunidad de crecimiento para la sus compañeros. Cada uno de ellos se ha encargado de enseñarle las tareas del día a día, y ese acompañamiento ha sido crucial para que Matías avance con seguridad.
“Tiene su capacidad de aprendizaje en el acompañamiento. Lo que él aprende de sus compañeros y del encargado lo va a hacer para siempre, con todo el cariño que tiene. Esa genuinidad que él transmite es difícil de encontrar. “Estamos todos muy ocupados trabajando, y él viene súper contento, te alegra la mañana, te recibe bien. Y eso también lo van a sentir nuestros clientes”, comentó Valleau.
Su compañera, María Melnik, no ocultó el orgullo que sienten por el crecimiento de Matías en su nuevo rol. “Nosotros estamos más que contentos de que Mati pueda tener esta oportunidad, que se pueda desempeñar en un área donde empieza a tener responsabilidad. Él puede demostrar todo lo que tiene, y la verdad que estamos re orgullosos de él. Nos sorprende porque todo lo que le explicamos, él lo entiende muy bien y lo desarrolla de una manera excelente”, expresó con admiración.
Las tareas
Con su entusiasmo y capacidad de aprendizaje, Matías está preparando el terreno para, en el futuro, recibir a los clientes en la playa de la estación cargando combustible. Enrique Kinaszczuk, el encargado de la playa de la estación, expresó cómo este nuevo desafío lo tomó por sorpresa y cómo fue adaptándose a la experiencia de guiar a Matías en su trabajo.
“Lo tuve que digerir, me pareció un desafío muy lindo, algo que no lo tenía en mente”, relató Enrique. “Me encanta que me hayan elegido, que hayan confiado en que sea la persona que pueda guiar a Matías en sus tareas.”
Además, Enrique destacó la forma en que Matías se apropia de su espacio de trabajo, creando su propia rutina para sentirse cómodo y desenvolverse bien. “Se adapta a las directivas, las toma puntualmente y lo hace muy prolijo, muy preciso y rápido. Adapta el espacio para él trabajar cómodo y bien”, concluyó con admiración.
Desde que comenzó el pasado 9 de septiembre, Matías ha mostrado una evolución constante, y el equipo ha ido agregando tareas para que pueda cumplir su jornada laboral completa. Enrique explicó: “Hoy hace todo lo que tenga que ver con la parte de seguridad de playa: revisar material absorbente, ver que los tachos de basura estén vacíos y limpios, revisar los depósitos de agua, y también se encarga de la limpieza y reposición de insumos.”
A esto último añadió: “Ahora estamos practicando para la limpieza de parabrisas y, como conoce los números, también queremos que aprenda a usar el calibre para dar una mano a los clientes con el inflado de neumáticos”, añadió Enrique, destacando el compromiso y las ganas de aprender de Matías.
Dar el paso para cambiar las cosas de verdad
Betiana Ferrari, encargada de gestión de control en la empresa, fue una de las principales impulsoras de esta iniciativa, destacando que no se trata de un programa formal, sino de un proyecto impulsado por la convicción y el deseo de generar un cambio. “Quiero aclarar que esto no es un proyecto ni un programa, no está ligado a nada, es privado. Es un grupo de personas que tiene la intención de cambiar las cosas”, explicó Betiana. “La empresa en la que trabajo se sumó, y fue un primer paso que espero que los demás imiten.”
Desde enero, la empresa ha estado preparándose y capacitándose para hacer realidad esta oportunidad. “Tratamos de replicar un poco lo que se hace en Buenos Aires en empresas grandes, y de salir de esas ideas de que no se puede o que es laborioso. Todo se puede, solo hay que tener un poco de empatía. Agradezco porque confiaron en el proceso y en los profesionales que presenté. Ellos se sumaron y avanzaron en este camino”, comentó Betiana.
A esto agregó: “No es laborioso, solo hay que organizarse. Ellos tienen capacidades inmensas, son organizados, meticulosos y rápidos. No se les escapa nada”, aseguró. Además reconoció que muchas veces lo que impide dar estos pasos es el miedo o el desconocimiento. ” Hay cosas que se pueden adaptar, solo hay que tener paciencia y buscar cómo llevarlas adelante”, concluyó. La historia de Matías no solo es una muestra de superación personal, sino también un recordatorio de que, con empatía y compromiso, las barreras pueden superarse y los paradigmas pueden cambiar.