A casi tres años de un homicidio que ocurrió en la localidad de Campo Grande, un joven de 28 años será juzgado por el crimen de un hombre con el que momentos antes había compartido tragos.
El Tribunal Penal de Oberá fijó para el mes de octubre el debate oral y público por la muerte de Héctor De Olivera (34). El acusado se sentará en el banquillo para responder por la acusación de “homicidio simple”, figura penal que estipula una pena de entre ocho a veinticinco años de prisión, en caso de ser hallado culpable. Sin embargo, no se descarta que el imputado elija firmar un juicio abreviado.
El caso se registró en horas de la noche de 4 de diciembre del 2021, en una propiedad ubicada en el kilómetro 17 de la ruta provincial 8.
De Olivera y el encartado eran conocidos. Ese día se habían encontrado y para acompañar la charla compraron bebidas alcohólicas para extender así la tertulia.
Por cuestiones de momento, De Olivera conocido en la zona como “El Alemán” comenzó a discutir con el joven desatándose una pelea. En ese contexto el contrincante se valió de un cuchillo tipo carnicero de mango blanco y de grandes dimensiones para atacarlo o defenderse, algo que podrá dilucidarse en el juicio.
El agresor huyó del lugar mientras que De Olivera cayó pesadamente al suelo. Sangraba profusamente. Un vecino avisó a la policía y rápidamente trasladaron a “El Alemán” al hospital, pero había perdido demasiada sangre. Su deceso se produjo por shock hipovolémico.
En tanto el personal de la Comisaría local ya tenía datos de testigos acerca del agresor, quien había escapado a bordo de una motocicleta Keller 150.
En un rastrillaje por la zona de Campo Grande, lo detuvieron a la altura del kilómetro 20 de la ruta 8. Como ocurre en casos similares, los efectivos procuraron hallar el arma homicida y la misma, o la que se presumía fue la que utilizó, fue hallada a cien metros de donde lo habían aprehendido, es decir, la había arrojado antes de intentar ocultarse.
Intervino en la investigación el Juzgado de Instrucción 2 de Oberá a cargo del juez Horacio Alarcón. Desde un principio fue descartada la posibilidad que De Olivera hubiera sido asesinado con intención de robarle sus pertenencias.