La Libertad Avanza acaba de dar otro paso para asemejarse a la casta que ataca en palabras casi a diario. Con la firma de Javier Milei, el oficialismo limitó desde esta semana el acceso a la información pública, una herramienta clave para conocer los irregulares pasillos sobre los que se sigue moviendo la política al igual que antes.
En paralelo al veto presidencial que limita los haberes de los jubilados, Milei firmo un decreto que reglamenta diversos artículos de la Ley de Derecho de Acceso a la Información Pública y establece una serie de restricciones para la ejecución de este derecho. No es para menos viniendo de un representante de la casta política y económica.
Desde que asumió como Presidente, estos pedidos de acceso a la información pública fueron la herramienta mediante la cual salieron a la luz algunas estadísticas, datos públicos y hechos que hasta entonces no se conocían sobre la actual gestión: visitas a Olivos, alimentos guardados en depósitos del Ministerio de Capital Humano, millonarios gastos en viajes del Presidente, el envío de oro al exterior por parte del Banco Central, por nombrar los que tomaron estado público por la polémica que generaron.
Es cuanto menos irónico que el Presidente que se declara el general de la libertad global firme un decreto que frene e impida el acceso a la información que todo ciudadano debe tener. Pero es también esperable de un dirigente que navega las ambigüedades como pocos antes que él… y eso que lo precedieron políticos altamente reprobables.
La clave entonces para el oficialismo sigue estando en mantener la potestad del mensaje para que sus verdades sean las absolutas, una lógica que explica el desenvolvimiento de la mayoría de las presidencias anteriores a Milei. De hecho esa sigue siendo la clave del relato que domina las redes sociales y que ajusta el acceso a los datos que lo comprometen, tal el paso que acaba de dar La Libertad.