La fiscal Daniela Dupuy, titular de la Unidad Fiscal Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticas del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, habló por primera este lunes sobre la investigación que inició en enero pasado contra una red de pedofilia, que llevó en Misiones, por el momento, hasta el diputado provincial Germán Kiczka y su hermano Sebastián. Ambos fueron detenidos, luego de estar prófugos, por la posesión y distribución de material de abuso sexual infantil.
En declaraciones a A24, Dupuy recordó que la investigación comenzó a mediados de enero a partir una alerta de la organización estadounidense NCMEC, que monitorea el tráfico de material pedófilo en redes, e involucró a 15 países. En febrero hubo múltiples allanamientos en simultáneos, entre ellos en la casa del padre y del hermano de Germán Kiczka, además de otras propiedades de la familia.
“Hablamos de una persona en Misiones, pero detrás de este legislador (por Germán Kiczka), hay una una organización internacional de explotación sexual de niños, niñas y adolescentes”, indicó.
En este punto, Dupuy reveló que en los allanamientos realizados en Misiones, se incautaron dispositivos que contenían más de 600 videos con material de abuso sexual infantil. Los mismos involucraban a bebés recién nacidos, niños y adolescentes. “Estoy hablando de niños entre 0 mes y 13 años, además de algunos otros que eran de 13 y 18 (años)”, remarcó.
“Cuando hablamos de explotación sexual infantil, creo que el público no dimensiona lo que significan esas palabras. Estamos viendo cómo adultos abusan sexualmente de niños, niñas o adolescentes”, expresó.
La fiscal no dudo en señalar que los hermanos “están complicados” y que “no hay dudas respecto de la investigación”. “Desde la Fiscalía de la Ciudad se hizo un excelente trabajo, continuado por la Justicia de Misiones”, elogió.
Las declaraciones de Dupuy van en sintonía con lo que contó la directora de Cibercrimen, Marilyn Ozuna, quien participó del allanamiento en la casa de Germán Kiczka a principios de agosto, cuando la causa ya estaba en manos del juez de instrucción Miguel Faria de Apóstoles.
“Sentí asco y “aberración. Es muy fuerte el material. Doce años haciendo lo que hago, trabajando en el área, y no dejo de sorprenderme las cosas que aparecen”, dijo Ozuna en 89.3 FM Santa María de las Misiones, al referirse a las fotos y videos que encontraron en una notebook del legislador, quien estaba presente cuando revisaban las imágenes.
“Estaba parado al lado nuestro, y su reacción fue inerte, totalmente, ningún comentario, como si fuera algo casual. No hubo ningún tipo de negativa, no hubo ningún tipo de rechazo, nada en absoluto”, reconstruyó Ozuna.
Volviendo a la entrevista con la fiscal Dupuy, destacó que “el Laboratorio Informático de Misiones hizo un gran trabajo” y adelantó que, con los peritajes posteriores, se encontraron más materiales que aún no salieron a la luz.
Dupuy explicó que las penas en este caso arrancaría desde los cuatro años de prisión como mínimo, lo que implica cumplimiento efectivo. Es que a la tenencia y distribución del material de abuso, se le suma el agravante que hay víctimas menores de 13 años, expresó la funcionaria judicial.
No obstante, apuntó que “si la Justicia de Misiones hace un buen trabajo y profundiza la investigación, estas personas(los hermanos Kiczka) van a llevar muchísimos años en prisión”.
Dupuy manifestó que las pesquisas surgirá si el legislador de Activar y su hermano era solo consumidores o si también produjeron que el material de pedofilia. “Eso implica analizar vídeo por vídeo, ver exactamente dónde fueron filmados, como para corroborar si son caseros, efectuados en la casa de alguno de ellos, o nada más lo que hacían era una facilitación de material”, continúo.
No obstante, la fiscal no dudó en recalcar que “está claro que integran una red de pedofilia”, la misma que ella empezó a investigar.
En una entrevista previa con Radio Mitre, dijo que “hoy la captación más frecuente es a través de WhatsApp, juegos en línea, Instagram y otras redes sociales, donde las personas que cometen este tipo de delitos captan a los niños y adolescentes y comienzan a tener una relación de amistad. Rompen el hielo diciendo que tienen muchos gustos parecidos, como el deporte, y luego terminan consiguiendo que las víctimas le envíen fotos o videos llevando a cabo alguna actividad sexual”, precisó.