“Solo venimos por un ratito a pasear a las Cataratas”, dijo la pareja de paraguayos a los agentes de la Aduana de Puerto Iguazú. Sin embargo, algo no cerraba. Había mucho nerviosismo evidente en los supuestos turistas.
Estaban a bordo de un automóvil y sobre una balsa que momentos antes arribó al Puerto Fluvial Iguazú procedente de Presidente Franco, Paraguay, a través del río Paraná.
Las autoridades decidieron requisar el vehículo y fue allí que descubrieron casi 40 kilogramos de cocaína de máxima pureza, logrando desarticular una nueva maniobra de contrabando en esta zona de Misiones.
El operativo, que se concretó el pasado viernes, se inició en una inspección de rutina a cargo del personal especializado de la Aduana, que una vez llegada la embarcación procedente del vecino país, revisaron algunos de los rodados que se encuentran a bordo.
En esas circunstancias, fue que le hicieron las preguntas de rutina a los ocupantes de un automóvil de dominio paraguayo.
Las dos personas, un hombre y una mujer, eran ciudadanas del país vecino y aseguraron: “No traemos nada para declarar; solo venimos por un ratito a pasear a las Cataratas”.
Olor a pintura fresca
Además del nerviosismo de los supuestos paseantes, los agentes de la Aduana percibieron un intenso olor a pintura fresca en el baúl.
Ante ello, profundizaron el control y advirtieron elementos que no correspondían al diseño original del vehículo: retiraron el paragolpes trasero y descubrieron un agujero en la estructura del chasis. En efecto, en su interior había 37 bultos rectangulares con un logo impreso que decía “GTI”.
Los aduaneros dieron aviso a la Justicia e intervino el Juzgado Federal de Eldorado. Acto seguido, retiraron la totalidad de la mercadería irregular del automóvil y sometieron el contenido de los ladrillos a narcotests de campo, que arrojaron resultado positivo al reactivo de cocaína. El pesaje dio un resultado de 39,088 kilogramos.
El Juzgado instruyó el secuestro del vehículo y la detención, tanto del conductor como de su posible cómplice, por tentativa de contrabando calificado de importación de estupefacientes.
Este es el segundo cargamento en el año con el sello en sus ladrillos de un cártel boliviano: “GIT”. Vale agregar que, hace cuatro meses en la capital de Córdoba se incautaron 50 kilogramos de cocaína con la misma identificación.