Entre los muchos datos duros de la realidad, el de la pobreza es uno de los que más corroe el tejido social del país. Más aún cuando se trata de la pobreza instalada entre la población más vulnerable. En ese sentido el último dato de UNICEF Argentina es fulminante: “Cada día, un millón de niñas y niños se van a la cama sin cenar”.
El conmovedor dato surge de la octava encuesta a hogares con niñas, niños y adolescentes, publicada por esa organización. Según ese mismo relevamiento, un millón y medio de chicas y chicos se saltean alguna comida durante el día. Otro aspecto de esa encuesta revela que en nueve de cada diez hogares con niñas y niños, los ingresos no alcanzan para comprar la misma cantidad de productos básicos que en 2023.
Justo hoy, cuando el actual Gobierno asegura que tocamos el piso de la crisis y de un rebote cuyos aspectos aún no dejan verse en el terreno, UNICEF vuelve a dar un baño de realidad al relato.
Es cierto, la pobreza no es un mal que llegó de la mano de este Gobierno. De hecho explica el pésimo desempeño de los anteriores y la irrupción de un nuevo rumbo. Pero también es verdad que la pobreza creció a un ritmo alarmante en apenas un semestre y que poco se ha hecho para corregir ese aspecto de la crisis. Ojalá que cuando toque ver los primeros atisbos de recuperación los beneficios sean para esos cientos de miles de niños que hoy se van a dormir con hambre.