Por: Heraldo Giordano
A menudo aparecen notas inquietantes en los periódicos, en los que se hace mención a crónicas asombrosas. Hechos que ocurren en lugares de nuestro interior, generalmente poblados pequeños, en el cual sus habitantes son sorprendidos por recurrentes apariciones. En ocasiones, apenas se conoce el nombre del poblado, estos están conformados por pequeños grupos de casas dispersas, asentamientos pocas veces ubicados cerca de rutas que lo atraviesen, en zonas de monte adentro.
Son pueblos pequeños o conjunto de precarias casas que existen en la provincia; lo notable, y lo que asombra, es la escasa veracidad que le adjudican algunas autoridades a estos acontecimientos. La mayoría de la gente cree, porque a menudo el evento sucede ante sus ojos, o bien algún familiar lo ha vivido.
Cómo ignorar la existencia de extrañas figuras o de raras imágenes, almas en pena, a los que ellos llaman “aparecidos”.
La gente común los descubre y con la mirada atónita y asombrados dan fe de su existencia, y convencidos comentan con sus allegados. En casos de existir una descripción fehaciente del hecho, y el lugar establecido del suceso, las autoridades toman cartas en el asunto e intervienen ante lo ocurrido.
Estas apariciones suelen ser muy recurrentes y hasta infaltables. Espectros fantasmales que de improviso se aparecen y sorprenden, fenómenos inexplicables y a medida que pasa el tiempo se renuevan. La policía está enterada, pero siempre sostienen lo mismo, hacen lo que pueden.
Ese “se hace lo que se puede”, es recorrer el lugar sin detectar ninguna anormalidad, insisten sobre los escasos recursos que cuentan, es decir, no podrán nunca hacer más de lo que hacen, solo el recorrido nocturno habitual por lugares donde se sabe que ocurren o pueden ocurrir determinados eventos que intranquilicen a la población, y nada más.
Las recorridas en la mayoría de los casos han dado resultado negativo, no se ha logrado aclarar más allá de lo que comúnmente ocurre en el cotidiano quehacer de estos poblados, encontrar algún borracho a la vera del camino, alguna pelea callejera, algún hurto, nada más, no se revelan sucesos de mayor importancia en este tipo de investigación.
Habitar esta tierra tan misteriosa y grandiosa por la magnificencia de su rica y fecunda naturaleza, proveedora de un sin número de historias tan apasionante como sugestivas. Existe como un bagaje amplio de leyendas y costumbres, quizá, por la intensa vida natural desarrollada y por su vegetación selvática que todo lo invade, y de nutrirse de una rica memoria, magia imbuida por la sabia cosmogonía guaraní; así lo perciben quienes habitan en ella.
Uno da cuenta, porque al caminar a través de los árboles se detecta en el aire una carga poderosa de energía, con sus grandes volutas de aromas, saturadas de esencias frutales o de flores, y diversas fragancias de la savia de la madera de las especies de árboles que la componen. Pareciera ser un ámbito propicio para que circulen estas historias, a su vez, difundidas como reguero de pólvora, entre los protagonistas visuales de fantásticos sucesos.
En una de estas localidades, apenas si supera las quinientas almas, un lugareño asegura y refiere que tiempo atrás, al transitar sobre el puente que conectaba el centro cívico con la ruta que lleva a las Cataratas, por las noches circulaban imágenes de personas, apenas luminosas, en general parecían ser mujeres solas o niños, o bien ambos cruzando tomados de la mano, y al alumbrarlas con las luces de los vehículos, y al transitar escasos metros sobre el puente, en segundos se desdibujaban y desaparecían fugazmente.
Ocurre que determinados acontecimientos no son constantes, puede pasar largo tiempo sin que sucedan, pero en un determinado momento comienzan a repetirse y en forma consecutiva durante días, insistentes o de secuencias breves, luego se disipan.
Este puente es muy famoso, ha tenido por años mal presagio, se ha caído en varias oportunidades, aunque ahora esperan que resista, ha sido reconstruido con una fuerte estructura de cemento y columnas de hierro, por ser de alto tránsito, soporta el peso de automóviles, camiones y grandes maquinarias, está preparado para sortear un arroyo de andar presuroso y sonoro.
Antes solo se sostenía por dos arcones de concreto, y arriba atravesado perpendicularmente por gruesos tablones de madera nativa. No hace mucho, en un reporte de un diario, se conoció la declaración de un joven manifestando haber atropellado una persona en el puente.
Sin embargo, el agente policial inspeccionó el vehículo, sin hallar ningún rastro de colisión, tampoco se conoció persona herida en las inmediaciones del viaducto, solo constató marcas del caucho de las gomas, de la frenada brusca producida por el automóvil.
Otro dato que pudiera traer más claridad al asunto, hasta este momento, no se ha podido recabar, nada de nada: un absoluto misterio. Sin poder dar fe de lo ocurrido, se produce cierta indignación en los vecinos, se torna en un suceso de poca credibilidad, no solo de parte de las autoridades, sino personas que no están acostumbradas a escuchar este tipo de eventos, como si los denunciantes faltarán a la verdad, y fuera pura imaginación instaurada por un fabulador del poblado.
Apasionado por indagar en el tiempo estos acontecimientos, y asombrado por la cantidad que van sucediendo, no hay más vuelta que dar, estos hechos ocurren acá, muy cerca de nuestros poblados. Hará un año, apareció un nuevo reporte en la prensa local; daba cuenta de un acontecimiento insólito. En un manchón de selva virgen, que aún persiste heroicamente al filo del hacha, o peor aún, a la terrible y sanguinaria motosierra.
Cerca de una ciudad importante del centro de la provincia, sus lugareños denunciaban que ocurrían manifestaciones por demás sugerentes, o al menos inexplicables. Al voltear un árbol, en ocasiones caían dos o tres, sin embargo, no había más que un hachador tumbando monte, al mismo tiempo se reproducía un largo quejido emitido por los árboles, que se retorcían y emitían un estruendo al caer.
A esta historia de monte adentro, se enlaza el relato de la niña perdida durante días y encontrada más tarde con rasguños sobre su piel, mientras balbuceaba algunas palabras inentendibles.
Sus padres dijeron que la niña les había comentado, que había sido conducida por una persona bajita y resplandeciente, le había ayudado a salir del monte espeso, ambos caminaban a través de árboles y matas húmedas, saltando entre piedras, troncos caídos y arroyitos, en el recorrido la había tomado de la mano y llevado hasta el camino, donde más tarde, fue hallada sucia y despeinada por un vecino del lugar.
Como si fuese una nueva cuenta en este rosario de sucesos, lo último que he escuchado sobre un nuevo hecho ocurrido, y ha perturbado de forma inusual a los habitantes del lugar, dado la gran repercusión por lo increíble de la historia. Se conoció la desaparición por varias horas de una joven, luego hallada en un lugar alejado de su residencia.
Más tarde, recién cuando tuvo conciencia de lo ocurrido, le comentó a su padre con mucha precisión, que un pájaro grande, enorme y brillante, la había llevado a recorrer el cielo, la remontó hasta las nieblas húmedas donde se forman las nubes, incluso se le empapaba su rostro y cabellos con aquel rocío, ella permanecía montada sobre esa ave gigante y a esa altura, pudo divisar a su madre ya fallecida, ubicada cerca de ella, la acompañaba flotando a su lado, le expresó a su padre que se sentía muy bien allá arriba, no quería volver por nada del mundo.
El padre de la joven desconocía lo ocurrido, era demasiado fantástico el relato, dudó al principio creyendo que su querida hija se encontraba con problemas psicológicos, o debía aceptar su relato con naturalidad.
Ahora por las noches, se la escucha repitiendo un cántico de Moisés que se describe en el Deuteronomio, donde habla de un águila que extiende sus alas para tomar sus crías consigo y las lleva sobre sus plumas; el Señor la condujo y llevó sobre las alturas de la tierra.
Según los pobladores de estos lugares, las autoridades siguen sin dar crédito a estos sucesos, inclusive también los ciudadanos incrédulos, porque se insiste sobre los acontecimientos, sin que se encontré una razón para justificar los hechos, sin embargo, de vez en cuando aparece un nuevo evento.
Si le damos cabida a estos comentarios, todo el mundo entraría en pánico, ya demasiado loco está el mundo, como para prestarle atención a estas fantasías. (Palabras del intendente de uno estos pueblo).
Datos sobre el autor:
Heraldo Giordano nació en Córdoba, donde participó en talleres de la SADE y la revista Pretextos, desde el año 1986 reside en Posadas, donde fue miembro de Comisión Directiva de la SADE, filial Misiones. En 1989 Integró a través de un espacio literario, el programa “Mentiras Piadosas”, con la conducción de Joselo Schuap, en radio Tupá Mbae, y luego fue el Creador del programa “Poemas y Cuentos de otros” en la misma emisora local. Integrante del Grupo literario “Horizonte” junto a Esteban Abad, Gladys Alvares, Azucena Godoy y Marcelo Moreyra.