La semana anterior compartí una nota sobre la necesidad de establecer reglas de convivencia para evitar conflictos. En la de hoy comparto algunos ejemplos de normas sociales para una feliz convivencia dentro del hogar.
Hay quienes dejan que sus perros suban al sofá o a la cama, hay quienes no lo permiten por motivos higiénicos o de salud.
Si le enseñamos que no debe subir o que debe subir solo cuando lo permitimos, el perro lo aceptará como una regla de convivencia. Eso sí, debemos ser consistentes y además, brindarle su propio lugar donde descansar y estar cómodo.
Hay razas enérgicas e impulsivas dispuestas siempre a saltar a quien llegue. Enseñale a tu perro que esa forma de interacción social no te agrada y mostrale cuál sería la apropiada, por ejemplo, ponerse al lado y apoyarse con el cuerpo en nuestras piernas para recibir las caricias.
Cada familia tiene sus propias reglas de convivencia, lo que en tu casa está permitido quizá en la mía no, o viceversa. Hay diversas opiniones dentro de la educación canina sobre si está bien establecer normas de convivencia con nuestro perro. Esto es porque, a veces, la familia no es consistente con las normas, esto de a veces sí, a veces no, o piden al perro que haga o deje de hacer cosas para las que no está preparado y esto lo confunde.
En lo personal, me inclino por que existan normas, como en cualquier grupo social.
Laura Kuperman
Educadora Canina.
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