El pasado viernes 19 de julio, se conoció que el jefe de la comisaría de Villa Bonita había sido desplazado de sus funciones al comenzar a ser investigado por la fuga de un preso y presunto cohecho. Esto alcanzó a varios subalternos que ante la indagatoria prevista ante el juez, se adelantaron a pedir no quedar detenidos. El juez de Instrucción 1 de Oberá accedió al pedido y esta semana declararán los primeros sospechosos.
Este Diario pudo saber de fuentes consultadas que el juez Pedro benito Piriz concedió a los cuatro policías, dos oficiales y dos suboficiales el benefico de la excarcelación antes de ser indagados. Precisamente ellos habían solicitado de antemano presentarse ante la autoridad judicial a dar su versión de los hechos.
El otro presunto implicado es el titular de la comisaría de Villa Bonita, quien si bien en los últimos días no habían podido notificarlo puesto que estaba con licencia psiquiátrica, se pudo saber que esta acción ya fue realizada.
Al ser cinco los policias que deberán pasar por el juzgado, no se descarta que estas audiencias se extiendan hasta la próxima semana.
La acusación inicial que pesa sobre ellos es la de “supuesto incumplimiento de los deberes de funcionario público, facilitación de evasión, falsedad ideológica y posible cohecho”.
El caso donde nacieron las sospechas sobre los efectivos, se registró el pasado 17 de mayo sobre la ruta provincial 103, a un kilómetro del ingreso a Villa Bonita. En ese lugar dos hombres fueron acusados de intentar asaltar con un arma de fuego a un vecino de la zona, pero se dieron a la fuga cuando observaron que el móvil de la comisaría recorría el lugar.
Fue así que los efectivos detuvieron a uno de los involucrados y supuestamente secuestraron el arma que habría arrojado. Horas después, el detenido se habría fugado de la dependencia con las esposas colocadas. Mientras que al día siguiente, fue detenido en averiguación de sus antecedentes el segundo acusado.
Tiempo después, el hijo de la víctima vio que caminaba libremente el que había intentado asaltarlo. Le avisó a su padre y este fue a la comisaría a preguntar qué había pasado. Le respondieron que se había fugado con las esposas puestas y buscaban detenerlo nuevamente.
No contento con esto, el hombre se dirigió a la Unidad Regional II y allí los superiores supieron que había irregularidades. No existía acta de incautación del arma ni tampoco se había informado al juez penal.
Cuando los investigadores se dirigieron a la casa del comisario allí encontraron las esposas que supuestamente se había llevado el delincuente. Un testimonio indicaba que el jefe de la seccional habría cobrado para dejarlo ir.