En medio de un mercado de yerba mate saturado por las importaciones y precios en declive constante, los productores frenaron abruptamente la eliminación de sus teales porque ya no es lucrativo dar paso a la ampliación de sus yerbales.
Salvo excepciones puntuales, no se ven eliminaciones, pero sí campos abandonados con la planta sin cosechar, porque la paga, frente a los costos, tampoco es rentable.
Así lo comentó a ECO & AGRO, el integrante de la APAM (Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones) y representante de los productores en la CoProTé (Comisión Provincial del Té), Cristian Klingbeil quien es a la vez productor de yerba y té.
“En general la incertidumbre es muy grande, en especial por la situación yerbatera, porque si uno mira hace un par de años atrás, la decisión de mis pares era eliminar su té para plantar yerba, porque hasta el año pasado era negocio. Sin embargo, se vino tan abajo la situación de la yerba, que esa incertidumbre ahora se traduce en una pregunta: si elimino el té, ¿qué hago? No hay otra actividad a la cual largarse, lo que frenó el ánimo de querer deshacerse del té”, reflejó el productor.
En los últimos años, los productores locales habían optado una transición de sus cultivos de té a yerbales. Esta práctica, estaba impulsada por la promesa de mayores rendimientos y rentabilidad, y se comenzó a desplazar históricas plantaciones de té, cambiando así el paisaje agrícola tradicional de la región. Sin embargo, el año 2024 marca un punto de inflexión significativo en esta tendencia. En medio de un mercado de yerba mate saturado por las importaciones del producto desde países vecinos y con precios en picada constante, los productores ven que ya no se justifican la inversión y el esfuerzo para la conversión de sus chacras.
“Además, eliminar un teal para plantar yerba ya no es una decisión rentable: los costos se fueron a más del triple en menos de 7 meses. Ni hablar de plantar yerba. El año pasado se conseguían lindas mudas de yerba hasta por $50 y hoy una buena muda no baja de los $200. Desde ahí ya hay una diferencia enorme. Ni hablar de todo lo demás, para colmo con la incertidumbre que tenemos con la yerba, la caída en los precios y la merma del consumo, que puede llevar a que el sobrante de yerba se prolongue en el tiempo”, amplió el productor local.
“Si a futuro no vemos un panorama claro para el tema del té, que está muy complicado y genera mucha incertidumbre la prohibición del uso de glifosato, porque hemos tenido advertencias de los compradores externos, preguntando cómo vamos a sustituirlo para controlar las malezas, por lo tanto el contexto es sumamente complejo”, agregó luego.
Con esta perspectiva, que es bastante negativa los productores de té, en un escenario en el cual ni siquiera pueden modernizar sus técnicas agrícolas para mejorar la eficiencia y diversificar sus productos, sin comprometer la integridad de sus teales, la desazón es muy grande en el seno productivo del corazón de la provincia.
“A mí me pasa que entre colonos me comentan que van a podar sus teales para mantener en altura, sin pretensiones de cosechar, para mantener el producto en línea hasta tener un panorama claro si vale la pena cosechar esos lotes de té”, explicó Klingbeil.
Y remarcó: “Cada año pensamos que tocamos fondo con el té y resulta que al año siguiente nos encontramos con que el panorama se complica aún más. Para colmo, no estamos viendo que haya alguna posibilidad de cambio a esta caída que ya se arrastra hace prácticamente 12 años, cuando empezó fuertemente la eliminación de teales y con ello los parates y cierres de los secaderos de té”.
En todo este contexto, lo más positivo para el té misionero de exportación es que vienen sosteniendo un crecimiento. Según datos recientes del Instituto Provincial de Estadística y Censos (IPEC), tuvo una participación del 21,9% sobre el monto total de las exportaciones, sigue en racha alcista respecto al mismo período del año anterior, puesto que el monto exportado aumentó un 25,7%, mientras que la cantidad exportada del producto también mostró una variación positiva del 21,3%.
“A comienzos de año algunos secaderos cerraron sus puertas por completar antes de tiempo el stock que necesitaban y ojalá se esté normalizando”, deseó el dirigente.