Relajados y en estado de bienestar físico, mental y espiritual, concluimos la sesión de Yoga, permanecemos sentados en la mat y recordamos esta expresión del Dr. Deepak Chopra: “El estado fundamental de conciencia relajada”. Entonces abrimos el libro para ir a la lectura habitual y ver en lo último leído que dicho estado “intenta coexistir con el estado agitado de la respuesta al estrés, pero no pueden mezclarse; no están hechos para existir al mismo tiempo”. Y “cuando nos sentimos distraídos, abrumados, estresados o eclipsados tendemos a escapar”.
Ahora seguimos leyendo: “La negación es una forma de escape. Distraernos mediante el trabajo excesivo es un escape. Alterar la mente con drogas y alcohol es un escape. Lo que tienen en común es la falta de conciencia. Nos insensibilizamos o distraemos creyendo erróneamente que la conciencia solamente intensifica el dolor. Todo lo contrario. La conciencia sana porque es verdaderamente plena, y la sanación es básicamente el regreso a la plenitud”. Reflexionamos un instante sobre hechos tan cotidianos y continuamos:
“La ciencia apenas empieza a comprender el fenómeno de la sanación. Nuestro cuerpo evolucionó durante millones de años para regular simultáneamente miles de procesos microscópicos. La enfermedad puede presentarse cuando el cuerpo olvida cómo autorregularse… La sanación se presenta cuando el cuerpo recuerda cómo autorregularse…” Y prosigue el Doctor:
“El sistema inmune reconoce un invasor, lo identifica y solicita la intervención adecuada. Todas estas acciones son conscientes” (¡!). “La sanación solo puede entenderse si la mente es tan consciente como el cuerpo”. Asombrados, seguimos leyendo: “En la ciencia médica hemos aislado el sistema nervioso, el sistema endócrino, el sistema cardiovascular, pero pasamos por alto el sistema de la sanación. Es invisible, comprende todas las partes del cuerpo, y responde al susurro inmaterial de pensamiento y sentimiento.
Y sin embargo no hay nada más inteligente, creativo y poderoso que el sistema de la sanación, justo el que seguimos ignorando” ¡Doctor! (Aquí ponemos el señalador). Namasté.
Ana Laborde
Profesora de Yoga
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