Productores yerbateros de diferentes puntos de la provincia se reunieron el viernes en la Casa de la Familia Yerbatera, en San Pedro. Poco más de 70 colonos concurrieron a la cita, para debatir varios ejes de trabajo, entre los que se encuentra la prohibición del uso de glifosato en la provincia, insistir por un presidente del Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM), una reconfiguración del instituto y pedir la disminución de impuestos provinciales para el sector, entre otros puntos.
Desalentados por un mercado desregulado, los yerbateros de la zona norte de la provincia acordaron terminar “como pueden” la zafra, pero con la directiva de no cortar la planta en la siguiente cosecha, si no obtienen un precio justo. “El año ya está perdido”, expresó uno de los referentes durante el encuentro.
“Fue un año totalmente atípico de lo que veníamos trabajando años anteriores. Sabíamos, antes del cambio de Gobierno nacional, que iba a haber algunos cambios, pero no pensamos que iba a ser tan rápido todo. La parte de quitarle todas las facultades a un instituto nacional que regula una de las economías más importantes de la provincia, fue una sorpresa importante para los productores”, reflexionó Jorge Scripzuk, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
“Este año la zafra está perdida por la falta de unión de los productores”, expresó a este Diario Waldemar Schwider, uno de los productores que se hizo cargo de los diferentes viajes y reuniones con autoridades provinciales y nacionales, donde pedían que se restituyan las facultades al INYM.
“Ahora tienen el resultado, ya no tenemos el INYM, los industriales hacen lo que quieren con nosotros, no tenemos quién nos defienda porque el Gobierno está ausente, tanto provincial como nacional, y vamos a tener que enfocarnos en un plan B, porque va a ser muy difícil de recuperar el INYM con todas sus facultades”, agregó el dirigente.
Schwider insistió en que este año ya no tiene sentido convocar a una movilización, por más que las industrias paguen cada vez menos el kilo de la hoja verde de yerba mate y tampoco cuenten con un ente regulador, que los respalde.
“Para esta temporada vamos a dejar todo así como está porque hay muy poca yerba, no resultaría en nada hacer manifestaciones drásticas, porque los molinos están con los depósitos llenos, al igual que los secaderos y ahora están comprando y absorbiendo, por esto, a un precio muy irrisorio”, afirmó.
Al comenzar la temporada, los productores elaboraron una grilla de costos, donde pedían que se les pague $505 el kilo de la hoja verde. Esta planilla fue elevada a la Nación para que se laude pero, con la negativa de las industrias, eso nunca sucedió.
Actualmente, las industrias pagan $270 por kilo y el precio continúa a la baja. Además, los pagos se realizan en hasta tres cuotas, para cubrir los gastos operativos de traslado y no mucho más.
“Llegamos a tener la hoja hasta $400 y ahora está 270, pero para la otra semana bajará diez pesos y así vamos”, se quejó Waldemar. “Por esta zona están anticipando cien pesos nomás y otros secaderos están pagando 120 pesos lo que entra de lunes a jueves, pero es para cubrir gasto de personal y transporte”.
Misiones cuenta con el 85% de las plantaciones de yerba del país, sin embargo, explica Schwider, es Corrientes la provincia que actualmente maneja los destinos de una producción regional que peligra achicarse y hasta desaparecer, por falta de acompañamiento.
“Nosotros no podemos bajarnos los pantalones para los correntinos, pero como nos encontraron desarmados con su esquema armado, ahora están por encima de nosotros”, acusó.
Esta resolución llevarán hoy a la reunión que tendrá lugar en Tres Capones, donde definirán si toda la provincia se suma a la iniciativa o si seguirán otro camino.
“Va a ser difícil recuperar el INYM”
“Hasta acá tratamos de agotar todas las instancias a través del diálogo, pero no hubo respuesta de ningún tipo, por lo tanto vamos a seguir insistiendo con esa necesidad que se tiene de que el INYM continúe, pero lo vemos muy complicado al tema”, explicó Scripzuk.
Mientras que el paquete de yerba sube en las góndolas, las industrias pagan cada vez menos a los productores por la hoja verde. Algunos aventuran que el precio debería ser el 10% de lo que sale el producto en el mercado, algo que es tomado con escepticismo por el resto.
“Tuvimos la posibilidad de hablar con diferentes funcionarios del Gobierno nacional, del provincial, manifestándonos, eso se lo hicimos saber a los demás productores en la reunión, pero al no tener respuestas, la verdad no pudimos no pudimos hacer más”.