Entre los primeros avances de la labor pericial de la Unidad Regional V y los rescatistas de la Dirección Bomberos, también de la Policía provincial, trascendió que en el pozo donde fueron hallados los presuntos restos óseos de Jorge Omar Rivero en el barrio Los Cedros de Puerto Iguazú se encontró también un documento nacional de identidad que corresponde al joven desaparecido desde enero pasado.
“Todo apunta a que el amasijo de huesos envueltos en una tela sombra plástica son de Rivero”, confió ayer una fuente contactada por PRIMERA EDICIÓN, que además adelantó que el cadáver fue arrojado al pozo de poco más de cuatro metros de profundidad con una pesada piedra encima lo que impidió que flotara.
Restará saber si con esa piedra se rompió el cráneo descubierto dentro de la tela plástica.
Como se informó ayer, “Jorgito” tenía 29 años y desapareció en las inmediaciones del pozo mencionado, a mediados de noviembre del 2023, según lo denunció su hermana hace diez días en la comisaría Segunda de Puerto Iguazú (UR-V).
El viernes pasado, durante la siesta, el cuerpo de rescatistas solicitados por el juez de Instrucción 3, Martín Brites, y encabezado por el subjefe de la Policía, Marcos David López Asencio, encontró en la perforación el supuesto cadáver de Rivero, lo que habría corroborado el dato de los investigadores y las denuncias de la familia de la víctima de un presunto ataque a golpes en el mismo predio por parte de al menos dos jóvenes de 19 y 23 años, uno de ellos considerado amigo de “Jorgito”.
Rivero llevaba varios años de lucha contra sus excesos en el consumos de estupefacientes. Una hermana (31) y su padre (52) se presentaron el 20 y 21 de junio, respectivamente, en la comisaría Segunda y aportaron datos alrededor de su desaparición.
Estos detalles se ampliaron con el relato de un vecino que dijo haber escuchado que la ausencia de Rivero respondía a una discusión y pelea que se habrían registrado a mediados de enero de este año en la que fue asesinado a golpes por dos personas, “Kuriri y Ziris”.
La información también coincidió en que el escenario del homicidio fue frente a la vivienda de “Kuriri” de la calle Salto Unión y la avenida Vera Peñaloza, y que el cuerpo fue descartado en el fondo de la propiedad, presuntamente enterrado.
El viernes por la mañana la búsqueda se centró en un pozo de agua en el mismo terreno por lo que se montó un operativo de mayor relevancia y que incluyó rescatistas policiales entrenados para tareas de riesgo como la que se requería.
Con sogas, escaleras, poleas y arneses, primero para instalar mangueras y vaciar con bombas el pozo, pudieron llegar a los cuatro metros de profundidad y concretaron el hallazgo sospechado.
Lo retiraron y por orden del juez Brites se dispuso el procedimiento de traslado a Posadas, a la Morgue Judicial para la autopsia y la toma de muestras genéticas para cotejar con los denunciantes de la desaparición.
La medida siguiente fue la orden de detención para los involucrados a disposición de su citación a indagatoria.