Con la declaración de cinco testigos continuó ayer el juicio oral y público que se le sigue a un leñador de 40 años, identificado como Rolando Castillo, por el homicidio del misionero Agustín Goldhardt (20).
El crimen fue cometido la madrugada del domingo 11 junio de 2023 y durante una juntada entre varios conocidos en una vivienda particular ubicada en la ciudad de Tolhuin, en Tierra del Fuego.
La arista sobresaliente de la segunda jornada de debate fue el testimonio de cinco personas que acudieron a la reunión social que tuvo el mortal desenlace, muchos de los cuales aseguraron que el imputado “molestaba a todos, estaba agresivo y alcoholizado”, señalaron las fuentes.
Los presentes en la madrugada del hecho, testificaron ante el Tribunal de Juicio de la ciudad de Río Grande, y coincidieron que ese día se juntaron a comer un asado en dicho inmueble, situado sobre la calle Ernesto Krund de Tolhuin, y que conforme pasaron las horas “consumieron mucha cerveza”, indicó un matutino fueguino que cubre el día a día del proceso judicial.
Una testigo fue aún más clara y refirió ante los jueces que “Agustín le dijo a Castillo que lo dejara de molestar y le pegó y luego el joven nos dijo ‘me hincó’”, en referencia a la certera puñalada en el corazón que recibió por parte de quien sería Castillo. Esa grave lesión en el pecho minutos después le ocasionó la muerte al misionero en el hospital local.
“La policía no hizo nada”
Continuando con la secuencia de lo sucedido tras la agresión, otro testigo manifestó que “entre varios de los presentes le sacaron el cuchillo y le pegaron al atacante, tras lo cual se dio a la fuga y la Policía no hizo nada cuando se estaba yendo”. Por otra parte, todos destacaron que la víctima era un joven amigable y trabajador “él no se merecía esto”, dijo una mujer entre lágrimas.
Hoy está previsto que declaren otras tres personas y el juicio pasará a un cuarto intermedio hasta el martes próximo, dando lugar a los alegatos de las partes.
Tal como se publicó, luego de agredir al joven el señalado asesino fue capturado a las diez cuadras, más precisamente en la casa de un amigo donde se fue a dormir.
En la primera jornada un forense explicó que de las armas blancas secuestradas en la escena, la más compatible con la herida de la víctima era una bayoneta de 30 centímetros, teniendo en cuenta que la lesión tenía 19 centímetros de profundidad y le daño órganos vitales como ser corazón y uno de sus pulmones.
El acusado llegó a juicio con la calificación de “homicidio simple”, que tiene una expectativa penal de 8 a 25 años.
La víctima era oriunda de la localidad misionera de El Alcázar y al momento de su muerte hacía un año y medio que trabajaba en el rubro forestal.
Fijaron fecha para alegatos
El Tribunal de Juicio de Río Grande pasó a un cuarto intermedio para hoy, cuando sea el turno de declarar de otros tres testigos. Una vez finalizada la etapa testimonial, se pasará a los alegatos, previstos para el martes venidero.