Los residentes de Guaraní expresaron su profunda indignación esta semana con otra “pueblada” en el Concejo Deliberante, ante el incumplimiento del intendente local, Miguel Ángel Vargas, quien prometió mejoras significativas en los caminos rurales, pero solo logró avanzar con dos kilómetros de entoscado.
“En los 30 días que se le dio como plazo al Intendente para que solucione el problema de nuestros caminos, y en los que no hubo tantas semanas de lluvia, solo avanzó dos kilómetros. Nos parece exageradamente poco. Nuestro municipio tiene casi 500 kilómetros a la redonda y si se arreglan dos kilómetros por mes, ¿en cuánto tiempo vamos a tener caminos transitables para sacar la producción?”, se preguntó indignado el productor yerbatero y tealero, Cristian Klingbeil, para quien esta falta de acción de Vargas dejó a la comunidad rural en un estado de abandono y desesperación.
“Desde hace mucho tiempo, los colonos de Guaraní venimos luchado con los desafíos de la infraestructura vial precaria, que dificulta el acceso a servicios básicos y limita el desarrollo económico de la región. El Intendente nos garantizó la mejora de los caminos rurales como una prioridad. Sin embargo, estas promesas se han convertido en decepción y descontento para los residentes”, acotó.
A decir de otros productores que se acercaron a pedir explicaciones en el Concejo, “la falta de inversión en caminos rurales no solo afecta la movilidad de los vecinos, sino que también impacta negativamente en el desarrollo económico de nuestro pueblo. Todo el tiempo enfrentamos dificultades para transportar nuestros productos a los mercados, lo que limita nuestra capacidad de generar ingresos y mantener nuestros medios de vida”, dijo en tanto el productor Marcelo Redzuk .
En ese sentido, a pesar que se intentó explicar el destino de los recursos asignados para tales obras y las expectativas generadas en la reunión anterior, el avance real en la mejora de la infraestructura vial ha sido mínimo. La construcción de apenas dos kilómetros de entoscado representa una fracción insignificante de lo prometido.
“La verdad es que volvimos indignados del encuentro, no solo con el Intendente sino también con los concejales, que parece que en vez de ser la voz del pueblo para defender al contribuyente se deshacían en intentos de defender solo al Intendente”, cuestionó Klingbeil.
Ante esta situación, los colonos de Guaraní exigen respuestas y acciones concretas de las autoridades.
“No estamos dispuestos a aceptar más promesas vacías ni excusas ante la falta de progreso en la mejora de la infraestructura vial. La comunidad rural se une en un clamor por los caminos rurales porque son indispensables para nuestra actividad agrícola si soñamos con un futuro mejor para las generaciones venideras”, remarcó.
“El 9 de mayo nos reunimos con las autoridades porque esto no daba para más. Acordamos otorgarle un plazo prudencial para ver el avance de las obras en los caminos terrados de nuestro municipios que están muy feos. Empezaron a entoscar es cierto, pero si nos comparamos con el municipio de Campo Ramón, que tiene 1.100 kilómetros de caminos terrados y nosotros tenemos alrededor de 500, cuando ambos reciben casi la misma coparticipación y por ejemplo en Villa Bonita ya hay 25 cuadras de asfalto, entonces quiere decir que se trata de un trabajo de gestión nomás”, analizó Redzuk.
En conclusión, la indignación de los colonos es palpable y justificada. La falta de avances significativos en la mejora de los caminos rurales refleja un claro incumplimiento de las promesas que arrastra ocho años y una negligencia hacia las necesidades de la gente.