El día después de las históricas elecciones presidenciales en México, que convirtieron a Claudia Sheinbaum en la primera mujer al frente del país, el politólogo Cristian Solmoirago, director de la consultora Solmoirago Comunicación Aplicada y Opinión Pública, desgranó este lunes en la FM 89.3 Santa María de las Misiones las consecuencias que este resultado electoral puede tener en la relación bilateral con argentina y en general en toda la región.
Nada más conocerse su abultado triunfo sobre su competidora, Xóchitl Gálvez, la científica de 61 años y actual alcaldesa del Distrito Federal prometió continuar el legado del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, con ligeros ajustes en seguridad, economía, ambiente y combate a la corrupción.
En este contexto, Solmoirago avizora que la nueva mandataria “no va a tener en absoluto el periodo de bonanza que hoy transita México, con una moneda estable y fuerte, una economía próspera y la cuestión social con muchos beneficios a las personas más necesitadas. Me parece que el principal desafío que va a tener será que esa bonanza que transcurre en la economía mexicana continúe, para poder seguir desarrollando ese plan de política social, porque me parece que si hay una caída en lo económico, ese plan social también se puede ir derrumbando y eso va a generar que también la imagen positiva del Gobierno y de la propia futura presidenta empiecen a deteriorarse”.
Respecto a la relación entre Argentina y México tras el triunfo oficialista en las urnas (teniendo en cuenta los fuertes cruces entre Javier Milei y López Obrador, por un lado, y el explícito apoyo de Alberto Fernández y otros referentes del kirchnerismo a la presidenta electa), Solmoirago evaluó que “va a ser un borrón y cuenta nueva: ese contrapunto me parece que va a desaparecer y vamos a ver qué tipo de relación internacional o bilateral se construye a partir de la asunción de Claudia Sheinbaum”.
Explicó que, a diferencia de Argentina, donde los expresidentes “son personalidades que siguen incidiendo electoralmente porque pueden tener otra posibilidad de ser candidato” en el futuro, “los presidentes en México solamente pueden cumplir un único mandato de seis años y no pueden volver a aspirar ese cargo ni pueden incidir dentro del escenario político interno y menos externo, esto hace que Andrés Manuel López Obrador termine siendo, digamos, un jubilado político, y la construcción de políticas interna y externa ahora va a estar a cargo de Sheinbaum sin ningún tipo de presión del futuro expresidente“.
Consultado si Sheinbaum sería más una Dilma Rousseff (surgida y “supervisada” bajo la órbita de “Lula Da Silva en Brasil) o una Cristina Kirchner, con carácter y peso político propios, el politólogo la definió como “una personalidad muy fuerte: no debe ser tarea fácil ser alcaldesa de la Ciudad de México, con todo eso con todo lo que implica, y tener tanta penetración en un país tan grande como México con ese grado de conflictividad que hay. Por eso yo creo que va a ser una presidenta que va a ser no dura en términos políticos, pero sí que va a tener una fuerte presencia en la totalidad de las decisiones”.
En esa misma línea visualiza el especialista cómo será el vínculo con Estados Unidos, considerando que “la posición de México va a tratar de ser un poco más de igual a igual, independientemente de quién gane la elección en EEUU a fin de año, porque Estados Unidos necesita de México y México sin duda también necesita de Estados Unidos. Me parece que se equilibra un poco la balanza con Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum va a seguir en esa en esa dirección”.