A poco de cumplirse un año y dos meses de un homicidio en las afueras de Comandante Andresito, la causa avanzó con la acusación a dos brasileños detenidos por el crimen de Antonio Adir Sorensen. Pero restan pericias fundamentales para completar el material probatorio para que ambos hermanos vayan a juicio.
Según pudo averiguar PRIMERA EDICIÓN, el juzgado de Instrucción de Puerto Iguazú aguarda pericias de ADN para confirmar que haya material genético de ambos acusados en los elementos que secuestró la policía al día siguiente de hallar el cuerpo de Sorensen.
Dos machetes de empuñadura larga y corta respectivamente, un pantalón tipo vaquero y par de botas de goma color negro, fueron incautados puesto que podían tener relación con el hecho.
Fundamentalmente para confirmar restos de sangre de la víctima en ellos, algo que los vincularía directamente con el momento del ataque a machetazos a Sorensen.
Cabe recordar que cuando fueron llevados a indagatoria los hermanos negaron haberlo atacado. Sin embargo los indicios eran firmes para imputarlos por el delito de “homicidio criminis causa”.
Cuando le fue tomada la declaración testimonial al patrón de los involucrados, este dijo que al único que le había hecho el pago por trabajo era a Sorensen y resultó que cuando la policía fue a detenerlos, en la vivienda que ocupaban hallaron 40 mil pesos que se presume eran de la víctima.
Por otra parte los testigos que tiene la causa mencionaron que esa tarde vieron a los dos reunidos con la víctima, en medio de una ronda de tragos.
Por una cuestión de rigor investigativo y por pedido del fiscal subrogante, el juez Martín Brites aguarda la confirmación del ADN para remitir el expediente a fiscalía para que opine por la elevación.
Fue el 25 de marzo del año pasado cuando un vecino y trabajador de Paraje La Selva, a unos 20 kilómetros del casco urbano de Andresito avisó a la policía puesto que había encontrado masacrado al hombre de nacionalidad brasileña dentro de la casa.
Al arribo de la policía el médico de la Fuerza constató que tenía una herida contuso cortante (machetazo) en el cráneo, región occipital, además de lesiones similares en el cuello y en el brazo derecho (defensiva). También el rostro había sido mordido y comido en partes por los cerdos que el hombre tenía en el lugar.
Secuestraron una botella de caña, que era de la cual había bebido la víctima junto a quien lo acompañaban.
Al ser una zona con poca población, la investigación detectó a los hermanos brasileños como los sospechosos.
Lesiones
El médico policial certificó heridas de machete en la parte trasera del cráneo, brazo derecho y cuello de Sorensen, quien una vez muerto fue comido en parte por los chanchos.