Dos días después de que los tres obispos de Misiones (de Posadas Juan Rubén Martínez; de Oberá, Damián Santiago Bitar; y de Puerto Iguazú, Nicolás Baisi) publicaron una carta abierta llamando al diálogo entre policías, docentes y otros trabajadores públicos y el Gobierno, para pacificar la situación; el padre Fabián Szyszkowski, sacerdote de Campo Viera, encabezó una celebración religiosa en el campamento que llevan adelante los efectivos y penitenciarios hace diez días frente al Comando Radioeléctrico de Posadas. Ahí, pidió por la unidad de los sectores y sostuvo que hubieron acusaciones cuyo objetivos eran dividir.
“En estos días han habido muchas acusaciones que buscaban la división entre la familia docente, la división entre la familia policial, la división entre la familia penitenciaria, la división en todos los ámbitos, salud y multimedia. Hoy decimos somos un pueblo unido. Un pueblo unido jamás será vencido, ya acá no hay divisiones,” expresó.
La misa se realizó en paralelo a una asamblea docente que continuaba una cuadra arriba discutiendo las medidas a seguir en su lucha por mejoras salariales. No obstante, algunos educadores participaron también de la misma.
“Hoy queremos implantar un momento de perdón, un momento de reconciliación, un momento de fundación espiritual entre nosotros. Por eso San Pablo nos invita a estar siempre unidos en Dios. Y es Dios el que nos une, su Espíritu Santo el que inspira nuestros pensamientos, palabras, obras y acciones“, agregó.
El sacerdote instó a los asistentes a abrazarse y pedir perdón mutuamente, como un gesto simbólico de reconciliación.
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“El camino para disolver la división solamente es el amor, solamente es el perdón. Te invito a que gires hacia el que está al lado tuyo, sea docente, penitenciario, de salud, de multimedia y le pidas perdón, un gesto de perdón. Dale un abrazo, reconcíliate y empecemos de nuevo,” propuso.
El evento culminó con un emotivo aplauso y vítores para los trabajadores misioneros. “¡Que viva el pueblo misionero! ¡Viva la gente! ¡Viva! ¡Viva a todos los trabajadores! ¡Viva!” exclamó Szyszkowski.