El 23 de marzo pasado, el ajedrez argentino vivió un capítulo histórico. Un pequeño de apenas 10 años, llamado Faustino Oro, le ganó una partida al campeón mundial de la disciplina, el noruego Magnus Carlsen (33), en un partido de un minuto de duración.
Este niño nacido en Buenos Aires pero radicado recientemente en España, también se ha convertido en una motivación para miles de jugadores de su edad y adolescentes que compiten para ser los mejores del mundo.
En Misiones, hay varios clubes y organizaciones barriales que brindan clases de ajedrez. A los mismos concurren muchos misioneros de entre 6 y 13 años que quieren ser Faustino Oro.
Julio López es múltiple campeón provincial de ajedrez, profesor de jugadores y uno de los fundadores de la Federación Misionera de la actividad. En entrevista con FM 89.3 Santa María de las Misiones y Canal 9 Norte Misionero, el además periodista de PRIMERA EDICIÓN contó que “Hay un efecto ‘Faustino Oro’ en el mundo. No es exclusivamente Faustino, que nos toca más de cerca porque es argentino. En el mundo hay una banda de 9 a 13 años que son algunos más que Faustino”.
Advirtió que Faustino “es un talento que sale uno cada tanto, es un Messi o un Maradona como para compararlo con otras disciplinas. Nacen, fluyen y los padres que son contadores con posibilidades de llevarlo a Buenos Aires apenas trascendió, al mejor club de ajedrez – el Torre Blanca que maneja a muchos jóvenes- lo hicieron en el semillero de la disciplina en Argentina”. Y contó que “en el caso de Faustino, evaluaba posibilidades en hasta 10 o 12 jugadas y despertó en sus padres el interés de llevarlo para que lo orienten”.
López consideró que “a los 6 o 7 años, es una buena edad para que los chicos aprendan el razonamiento y entiendan entre lo bueno y lo malo. No se puede saltear etapas”. El competidor y docente de ajedrez aclaró que “no hay que tener una condición especial o particular, es importante que la mayoría de los chicos lleguen al ajedrez con la enseñanza en las escuelas, porque aprenden filosofía (dónde, por qué, para qué las jugadas), les estás dando un estilo de vida y una práctica para los cálculos.
Pero en Argentina debemos trabajar mucho en eso, en darle con el ajedrez un efecto de evaluación. Porque antes de jugar, se evalúa el movimiento y la consecuencia”.
El estudio primero
En su opinión como profesor de ajedrez, los niños y adolescentes “no deben dejar el estudio, dentro de mi enseñanza eso es indispensable. Si queres cultivarlo y no sientan frustración en el deporte, deben estudiar para ser alguien en la vida. El deporte individual se hace difícil”.
Es que Julio tiene en ese sentido una experiencia persona. Jugaba al fútbol cuando era niño: “A los 15 estuve en Primera y a los 17 fui a San Lorenzo, era número 10 y jugué hasta los 18. No tenía representante y a esa edad dejé el fútbol porque me negaron el pase. Me volví a Posadas”.
Por ese deporte “había dejado el colegio y mis padres me cuestionaron mucho eso. Y un día pasé por calle La Rioja, donde había un club de ajedrez, entré sin saber jugar. Empecé a aprender con el profesor los viernes después de la escuela. Se organizó un torneo y con lo poco que iba aprendiendo, gané. Mi profesor se asombró porque jugaba mal pero definía muy bien. Tenía una predisposición a resolver las jugadas. Era algo natural. Después pude aprender más la técnica”. Para el múltiple campeón, “los padres son la herramienta principal, en el caso de Faustino, ellos trabajaban en empresas importantes con cargos gerenciales y renunciaron para acompañarlo a Faustino”.
No hay edad para comenzar a jugar
En otro tramo de la entrevista por FM 89.3 Santa María de las Misiones y Canal 9 Norte Misionero, el profesor Julio López se refirió a por qué enseña en grupos a jugar ajedrez. “Enseño en grupos porque trato que no sean tan individualistas, con egos altos. En grupos se aprende mucho más a partir de la interacción entre ellos”, indicó.
Para López, “el ajedrez tiene la particularidad del temperamento de la persona. En el fútbol, cuando los chicos se largan a las canchas, hay quien va al arco, otro que busca ser defensor y tenes al delantero. En el ajedrez, el que es defensivo, tenes que cuidar a sacar bien las piezas y ayudarlo a ser creativo, enseñándole a jugar bien en base a su estilo”.
Y aseveró que “el que ya es creativo, no es afecto al entrenamiento, al trabajo y a la constancia, pero lo hace todo más fácil y hay que ayudarlo a entrenar. Los chicos no lo saben pero vos tenés que detectarlos para orientarlos”.
Respecto a iniciarse en el ajedrez en la tercera edad, no dudó en asegurar que “nunca es tarde, al contrario. Es la posibilidad de las personas adultas mayores de jugar y trabajar el análisis y disfrutar. A la gente grande le vendrá bien, hay gente que con la edad va olvidando cosas. Y el ajedrez ayuda a mantener activo el cerebro”.
Sobre la práctica de videojuegos junto al ajedrez, aclaró que “no me molesta en absoluto que jueguen. La mayoría de los que practican ajedrez y están en buen plano de competencia, no utilizan tanto los videojuegos. Usan la PC para ver ajedrez”.
López aclaró que “el ajedrez es más filosófico que matemático. Lo matemático se usa para cálculos y evaluación que ayuda a los chicos para sacar conclusiones. Pero lo filosófico es mucho más valioso por las situaciones del juego para desenmascarar las ideas y las conveniencias de las jugadas”.
Y dio su explicación de por qué no lo considera sedentario. “Por torneo, no pasatiempo, jugás una partida de cuatro horas de juego y bajas dos kilos de peso. Siempre recomendamos caminatas o natación que es el deporte preferido para complementar. Necesitás una preparación física. Un gran maestro me recomendó a mi cuando era más chico, que hay que entrenar el mismo tiempo que el juego: si jugás dos horas, debes entrenar dos horas. Entonces cuerpo y cabeza están preparados para actuar sin cansarse ni agotarse”, dijo.
