Es el perro cuya dependencia con su guía o tutor es exagerada. Lo sigue a todas partes todo el tiempo y, si la persona se detiene, se acuesta a sus pies hasta que entra nuevamente en movimiento. Es el perro que necesita contacto físico permanentemente y hasta lo busca en otras personas y es el que quiere dormir en la misma cama con su humano. Pero, aun cuando ha desarrollado un alto grado de dependencia, no deja de estar alerta y atento a gestos, ruidos o movimientos que este realice.
Uno de los problemas que puede llegar a tener este tipo de perro es la ansiedad por separación. Cada vez que la persona sale del hogar, el animal sufre, tiembla, ladra y gime en su ausencia. Desarrolla conductas destructivas mordiendo lo que encuentre para calmar la ansiedad hasta hacerse daño.
Al regresar su humano, reaccionará efusivamente, cosa que no es bueno si nosotros le correspondemos con la misma efusividad, lo recomendable es saludarle con calma. Otro de los problemas del perro velcro son los celos, al acercarse una persona u otro animal este responde de manera agresiva.
Somos nosotros los que, con nuestras actitudes, cometemos el error de desarrollar en nuestro perro esta conducta de apego excesivo. Se trata de poner ciertos límites, de no separarlo pronto de su madre y hermanos, de que transite un período de socialización correcto, entre otras cosas.
Cualquier perro puede convertirse en un perro velcro y es nuestra responsabilidad, como humanos responsables, evitar que suceda.
Laura Kuperman
Educación Canina.
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